viernes, 16 de abril de 2010

Lo que nos desune

Como ciudadanos del Mundo que somos, nos debemos preocupar por todo aquello que afecte nuestro relacionamiento internacional.

En este caso Latino América sufre desde hace mucho tiempo situaciones y crisis económicas que afectan a la cultura de los pueblos en toda su extensión. Los tiempos modernos han integrado formas de comunicación diría yo rápidas como ésta, a través de correos electrónicos y otros sistemas. 

Fenómenos climáticos, en este momento me estoy enterando de otro
terremoto en México, hace que debamos estar unidos, muy unidos y dejar de lado diferencias que nos separen y que no nos permitan tomar actitudes colectivas en defensa incluso del medio ambiente. Sabemos claramente que nos han separado premeditadamente a través de los años, siglos quizás. Pero hoy sabemos que el diálogo que tienen las diferentes naciones, analizando una unidad regional como vemos en Europa, nos da el ejemplo de como debemos actuar en esta región. No perder soberanía, pero si buscar la forma de que nuestros pueblos no tengan que rogar para llegar a tener desde la alimentación hasta la educación que permita sacarlos de la pobreza; y cuando digo pobreza me refiero también a la pobreza intelectual inclusive. 

Nosotros bien sabemos que nadie es dueño de la verdad, que la verdad está en todos lados, pido QQ.´. HH.´. que apliquemos eso en nuestras Instituciones y que los Gobiernos pasan, los hombres pasan y los acuerdos quedan. Obliguemos entonces a que aquellos que ingresan a nuestra instituciones tengan el compromiso moral de defender ese principio. 

Que dialoguen una y mil veces, pero que de ese diálogo salgan soluciones en conjunto en defensa del humanismo.

Quizás  algún día tendríamos que hacer un congreso de la Mas.´.
toda no importando Ritos, ni formas, etc., pero sacar una declaración de la preocupación que todos tenemos.

Nuevamente pongo este trabajo del H.`. Herrera Michel, saquemos nuestras propias  ideas y demos nuestras propias conclusiones.

Un abrazo 

TATA 






Lo que Desune a la Masonería Latinoamericana
Iván Herrera Michel 



Las tres más importantes asociaciones Masónicas latinoamericanas son
la Confederación Masónica Interamericana (Cmi), que es la más antigua
y solo agrupa Grandes Logias Regulares, la Confederación Masónica
Americana (Comam), que reúne a Grandes Logias de todo el continente
sin distingo de ninguna clase, y la Confederación Interamericana de
Masonería Simbólica (Cimas), que como la anterior tampoco excluye a
Grandes Logias y ostenta la más absoluta libertad de conciencia. Entre
estas dos últimas existen excelentes relaciones. 



También existen otras de alcance regional, como la Confederación
Masónica Bolivariana (Cmb), y la confederación Masónica de Centroamérica y el Caribe (Comacac); y de alcance nacional como la Confederación de diez Grandes Logias del Perú. En México se reúnen anualmente varias asociaciones correspondientes a los varios grupos en que está dividida la Orden en esa nación, y en Brasil sucede algo similar. 



Pero en general, se puede afirmar que la Masonería latinoamericana está dividida principalmente por la defensa a ultranza y dogmática, que hace el sector regular de ella, de tres paradigmas fundamentalistas, mediante los cuales un grupo de Grandes Logias regulares, asociados en la Cmi, excluyen (y se excluyen también) a cerca de 500 Grandes Logias y Grandes Orientes que trabajan desde el Río Bravo hasta la Patagonia. 


Esos tres paradigmas, cuya observancia es la base del cisma, son:

1) La adopción irrestricta de la Doctrina Americana de la Territorialidad aprobada en Baltimore, USA, en 1843;
2) La adopción dogmática, sin discusión, del listado de Landmarks
propuesto por Albert G. Mckey en Estados Unidos en 1864; y
3) La adopción sumisa de los ocho puntos de Londres, de 1929, con la
nueva redacción de 1989. 



Es algo paradigmático sobre lo que no pueden negociar los Masones
Regulares y sobre lo que está construido internacionalmente su sistema
de valores: cero mujeres, cero cojos, cero no creyentes, cero no
relacionados con Londres, cero política, cero religión, cero otra Gran
Logia en su territorio, y total acatamiento a lo que disponga la
Gran Logia Unida de Inglaterra. 



La historia de este posicionamiento es la siguiente: En pleno siglo XX, un grupo de Grandes Logias con sede en los países del sur y centro del continente americano, conformaron en la década del 40, en Chile, la Confederación Masónica Interamericana (Cmi), organización que, ante la incapacidad intelectual, o la falta de voluntad de presentar una  propuesta latinoamericanista, o la alienación Masónica inducida por la
geopolítica internacional, se ubica en el área de influencia anglosajona, en un siglo que indiscutiblemente es anglosajón, adoptando desde un principio como propios los ocho puntos de Londres e iniciando un gran esfuerzo internacional por implantar la Masonería Regular, descalificando de paso a la Masonería Liberal, a la cual agravian con el mote de Irregular. Cualquier debate serio relacionado con la Masonería Liberal queda proscrito y las visitas a los Talleres progresistas prohibidas. 



Para apuntalar lo anterior, la Cmi proclama dentro de sus Fundamentos  para un Derecho Masónico Interpotencial, aprobados para regir las  relaciones entre sus Grandes Logias miembros, en su numeral primero, que las potencias que aspiren a mantenerse dentro de un régimen jurídico de relación, deberán cumplir y aceptar los siguientes requisitos: regularidad de origen, esto es, cada Gran Logia deberá haber sido legalmente establecida por una Gran Logia debidamente reconocida por tres o más logias Regularmente constituidas en territorio que no esté en la jurisdicción de una Gran Logia Regular. 

Con esta medida celosamente guardada se cierra el círculo Regular de
la Masonería establecida en Centro, Suramérica y el Caribe. Lógicamente, esta obligación no genera efectos Masónicos en las relaciones entre las demás Grandes Logias y Grandes Orientes latinoamericanos y sus pares en el mundo entero. 



En Colombia, las Grandes Logias pertenecientes a la Cmi fueron vinculando a la escuela inglesa de la Regularidad, y a su círculo excluyente en Latinoamérica, a cada nueva Gran Logia que se creaba, para que luego desde la Confederación Masónica Colombiana (Cmc), se vigilaran mutuamente con el fin de que ninguna se aparte del proyecto Regular. Tan rigurosa es la prevención a seguir, que en el artículo 4° de los Estatutos de la Cmc se consignó expresamente el que las Grandes Logias Confederadas no podrán mantener relaciones de amistad con cuerpos Masónicos que no estén integrados en su totalidad por Masones Regulares. En realidad, esta es una delegación de la soberanía de las Grandes Logias a favor de un ente suprapotencial; y en la práctica, esta norma es piedra angular de la división de la Masonería, ya que las Grandes Logias que no son Regulares no están dispuestas oficialmente a desmontarse, retroceder ideológicamente y entregar sus bienes. 


Paralelo con esta limitación, la Masonería Regular norteamericana y sus seguidores en el resto del mundo, adoptaron la Doctrina Americana, aprobada en la Convención Masónica de Baltimore de 1843. 

Según este acuerdo, en lo sucesivo solo podrían trabajar, en un mismo
territorio Logias federadas a una misma Gran Logia. Lo contrario sería
considerado Invasión Territorial y acarrearía la irregularidad de la
Obediencia invasora. 



La Convención de Baltimore se llevó a cabo en la ciudad del mismo
nombre, del 8 al 17 de mayo de 1843, en el Masonic Hall, en Saint Paul
Street, con la asistencia de 16 de las 23 Grandes Logias anglosajonas,
que para la época existían en Estados Unidos, bajo la Presidencia del
Gran Maestro de la Gran Logia de Virginia, John Dove. El tema central
lo constituyó el establecer una uniformidad en el trabajo Masónico.

Esta tesis de la territorialidad exclusiva, espurea en Masonería hasta
entonces, ha sido observada con rigor por las Grandes Logias de
blancos norteamericanas, y no por la Gran Logia Unida de Inglaterra,
que cuenta con Logias Simbólicas fuera de ese país, actuando simultáneamente con la Gran Logia Regular autóctona. Como hemos visto
la intención primordial de los norteamericanos era segregar a las
Grandes Logias Prince Hall de Estados Unidos por estar integradas por
negros. 



Por su lado, y en contra del cumplimiento de la Teoría de la
Territorialidad americana, la Gran Logia Unida de Inglaterra cuenta
actualmente con 804 Logias ubicadas fuera de su territorio nacional.
En América se encuentran 108 de ellas, de las cuales 21 trabajan en
Suramérica: 10 en Brasil, 9 en Argentina, 1 en Uruguay y otra en
Chile. De igual manera la Gran Logia de Escocia posee 3 Logias en
Chile. 



Sobre esta invasión territorial la Cmi nunca se ha ocupado, a pesar
de defender con mucho énfasis la teoría de la Territorialidad
Exclusiva en sus países, como condición innegociable para el
reconocimiento de una Gran Logia como Regular. Y mucho menos, las
Grandes Logias Regulares de Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, por
temor a que la Gran Logia Unida de Inglaterra les niegue el
reconocimiento, pasando entonces a ser consideradas irregulares y
expulsadas por sus pares de la Cmi. 



Lo paradójico del caso es que las Grandes Logias regulares del sur y
centro de América, todas a una, se definen orgullosamente como unas
Potencias Masónicas libres, independientes, autónomas y soberanas
que no son dependientes, de ninguna manera, de algún otro poder o
cuerpo Masónico. 



Es un asunto común el que las Grandes Logias que pertenecen a la Cmi
mantengan relaciones tensas y poco fraternales con aquellas Grandes
Logias de sus propios países que no lo están. En realidad, esto es
consecuencia lógica de su pretensión antifraternal de que desaparezcan
las otras Grandes Logias. 



Un ejemplo al canto, fácilmente reconocible por cualquier Masón
latinoamericano, acerca de la antimasonería que se proyecta desde la
Cmi, lo brinda la situación de la Orden en el Perú. 



En el país de los Incas existen en la actualidad 10 Grandes Logias, de
las cuales la Gran Logia del Perú es la única asociada a la Cmi. Las
otras nueve conformaron el 28 de marzo de 1992 la Confederación de
Grandes Logias Masónicas del Perú (Confeglomas). Ellas son la Gran
Logia Oriental del Perú, la Serenísima Gran Logia Nacional del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado del Perú, la Gran Logia Regular de Antiguos
Libres y Aceptados Masones de la República del Perú, la Gran Logia del
Norte del Perú, la Gran Logia Austral del Perú, la Gran Logia del Sur
del Perú, la Gran Logia del Centro del Perú, la Gran Logia Occidental
del Perú, y la Gran Logia Constitucional de los Antiguos Libres y
Aceptados Masones de la República del Perú. 



En el mes de enero del año 2006, reunida en la ciudad de Iquitos
(Perú), la Confederación de Grandes Logias Masónicas del Perú, hizo
pública la siguiente Declaración de Huancayo, que se explica por sí
sola; y que transcribimos por contener elementos comunes con otros
países. 



DE LAS MUY RESPETABLES GRANDES LOGIAS CONFEDERADAS DEL PERÚ A LAS MUY
RESPETABLES GRANDES LOGIAS DEL MUNDO

M:. RR:. HH:., RR:. y QQ:.HH:.
S:.F:.U:.
L:.I:.F:. 



La Confederación de Grandes Logias Masónicas del Perú, entidad con
personería jurídica, de Derecho privado, es una Institución Masónica
constituida como órgano aglutinador y coordinador de las Grandes
Logias de Masones libres y soberanos, constituidas en el territorio
del Perú, bajo los influjos de la Moral y la Razón, manteniendo
rigurosamente el carácter y la Tradición Masónica fundamentada en los
Landmark y en las antiguas Grandes Constituciones y Regulaciones
Generales de la Orden, usos y costumbres de la Masonería Universal,
siguiendo el ejemplo de valiosos HH:. que iniciaron la
descentralización de la Masonería Peruana allá por el año 1962.

Frente a las arbitrariedades y prepotencias de la Gran Logia de la Av.
Corpac, autonombrada Gran Logia del Perú, toda vez que peca de arrogancia y pomposa soberbia al pretenderse la única y exclusiva Institución Masónica dentro del territorio de nuestro amado Perú; arbitrariedades y prepotencias en las que reincide nuevamente, como a lo largo de la historia de la Masonería Peruana, esta vez contra la Gran Logia del Centro del Perú, connotada Institución Masónica de nuestra Confederación de Grandes Logias Masónicas de Perú. 



Reafirmamos que: 


La Francmasonería es una institución esencialmente filosófica, iniciática y progresista, que tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la Ética, la práctica de la Moral, la Solidaridad, trabajando por el mejoramiento material y moral de la humanidad. Teniendo como principios la TOLERANCIA y el RESPETO MUTUO, enmarcados dentro de una absoluta Libertad de Conciencia. 


Los Deberes emanados de la Constitución de Anderson de 1723, son los
únicos marcos reguladores al que pueden sentirse vinculados universalmente todas las potencias Masónicas, sin admitir jamás, la
existencia de ninguna autoridad Masónica superior. 



Ni la Gran Logia de Inglaterra, ni la Gran Logia de la Av. Corpac, ni
ninguna otra tienen el derecho de extender sus principios de regularidad, aplicándolos unilateralmente según su criterio, enajenando la condición de Masones a los Hermanos que regularmente la obtuvieron según los deberes y regulaciones antes mencionados. Y peor aún, si entendemos, como debe ser, que el ser Masón es una manera de ser, entender y vivir la vida que NUNCA podrá ser coactada para todos aquellos que han hecho de nuestra Augusta Institución, carne de su carne, sangre de su sangre y huesos de sus huesos. 



La Masonería peruana no podrá desarrollar sus postulados en un marco de exclusiones y de una pretendida hegemonía territorial, que no representa todas las aspiraciones que contempla la pluralidad de la familia Masónica peruana. 


Por lo tanto declaramos lo siguiente: 


Lamentamos y rechazamos enérgicamente la actitud infraterna del M:.R:.H:. Tomás Álvarez Manrique en su intento de desestabilizar a la Gran logia del Centro del Perú. 


La supuesta identificación de la Gran Logia de la Av. Corpac, con la
Justicia y de defensa de los Derechos Humanos, se contradice con la acción de su G:.M:. quien, haciendo mal uso de los aportes de las Logias cautivas de provincias, viaja con una comitiva por el país perturbando la paz y armonía con promesas y migajas de poder, sembrando la discordia en las Logias que libremente se han separado de su patrocinio tratando de destruir las Grandes Logias Confederadas del Perú, que siempre serán libres y soberanas. 



La Gran Logia de la Av. Corpac, no puede coartar la libertad de los
HH:. que voluntariamente se han desafiliado de ella, endilgándoles
adjetivos y amenazándoles con tomar represalias. 



Que es inaceptable la injerencia de organismos internacionales supra
masónicos como Cmi, Cmb en los asuntos de la Masonería Peruana. Nos reafirmamos en la Declaración de Trujillo, del 31 de octubre 2005;
como colofón de la II CONVENCIÓN DE GG:.LL:.MM:. del PERÚ (Confeglomas, PERÚ), gran evento al que fuera invitada la Gran Logia de la Av. Corpac, como verdadera muestra de apertura, de fraternidad y respeto. 



Finalmente, instamos a los HH:. confederados a mantenerse dignos y firmes en el proceso de construcción de una Masonería más justa y solidaria en nuestro país, en consonancia con el proceso de descentralización políticaadministrativa, de afirmación y reconocimiento de la pluralidad sociocultural de nuestros pueblos. 


(Fdo.) Kember Mejía Carhuanca
Presidente Confeglomas, Perú

(Fdo.) Pedro Andrés Zavaleta Callegari
Sec:. de Confeglomas, Perú

IQUITOS, Enero 2006 e:.v:. 


Ahora bien, para la debida comprensión de la literatura producida por
la Masonería Regular conviene tener claro que cuando se utilizan las
palabras mundial, universal, nacional, regional, local, etc., en realidad se está haciendo referencia únicamente a la Masonería Regular que trabaja en el contexto geográfico al que se refiere el texto, ya que una costumbre muy arraigada, rara vez inobservada, les obliga a invisibilizar totalmente a las otras Grandes Logias y Grandes Orientes que allí funcionan, máxime si son mixtas o femeninas. 



Igualmente, resalta de los congresos internacionales de las Grandes Logias regulares el que siempre se designa una comisión de censura para estudiar las ponencias de los participantes y se advierte expresamente que no se dará lectura a las que contengan temas polémicos. Con esta disciplina se proscribe de las discusiones la libertad de pensamiento y de conciencia, y se evita la evolución de ese sector de la Masonería. Prueba de esta norma, lo constituyó, en Santiago de Chile, la VII Conferencia Mundial de Grandes Logias Regulares celebrada del 5 al 9 de mayo de 2004, que así lo anunció en las invitaciones cursadas para asistir al evento. 


Contra esta forma de dividirse la Orden, conspiran constantemente los
medios de comunicación, y en especial Internet, ilustrando a los nuevos Masones que, gracias a ello, se forman en una fraternidad mucho más informada e incluyente. 



A decir verdad, cada vez es más difícil defender la teoría que sostiene que ser Regular constituye una mejor y más legítima forma de ser Masón; ya que lo que va quedando claro, es que la Regularidad,concebida en la forma planteada, contiene un retroceso ideológico imposible de aceptar para un librepensador. Además de ser la principal fuente de conflicto entre los Masones y Masonas del mundo entero.

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