viernes, 9 de enero de 2015

Comunicado del Gran Oriente de Francia

El Gran Oriente de Francia no puede sino expresar su más profunda indignación y la emoción más intensa ante el cobarde atentado del que han sido víctimas los trabajadores de Charlie Hebdo.

La desaparición trágica de muchos de ellos representa un crimen contra la libertad de prensa, la libertad de expresión y contra los principios de una sociedad libre y abierta que ha hecho del derecho a la caricatura uno de sus derechos fundamentales.

El Gran Oriente de Francia vuelve a poner de manifiesto que se mobilizará sin desfallecer frente a todos los ataques dirigidos a la prensa, de la que Charlie Hebdo es un pilar, y contra todas las instituciones garantes de una sociedad democrática.

En las próximas horas se producirán muchas manifestaciones espontáneas.

Los Francmasones del Gran Oriente de Francia están llamados a participar portando sus distintivos si así lo desean.

El Gran Maestro y los miembros del Consejo de la Orden, invitan desde este mismo momento a los Hermanos y Hermanas de la Obediencia a unirse a la concentración prevista para esta tarde a las 19:00 horas en la Plaza de la República.

En estas trágicas circunstancias, el Gran Oriente de Francia quiere también expresar su enorme sentimiento de pesar a las familias de las víctimas, tanto de los miembros de Charlie Hebdo como de las fuerzas del orden muertos en el cumplimiento de su misión.

Daniel Keller, Gran Maestro del Gran Oriente de Francia.

París, día 7 de enero de 2015

sábado, 6 de diciembre de 2014

LA VANIDAD Y EL ENCUENTRO CON SI MISMO

QQ.`.HH.`. Todas y todos : No podemos dejar de reconocer el profundo descreimiento de los seres humanos, el enfrentamiento de los unos contra los otros en todo los aspectos: religioso, político y social entre otros, la desigualdad y el flagelo más horrible, el hambre .

Por eso debemos, como lo marcan los distintos rituales, encausar, defender y educar al hombre como verdadero ser de amor y justicia hacia un camino de luz .

Pero también tener el deber desde la Iniciación de conocernos nosotros mimos y dejar de lado la vanidad, enemigo que nos tienta siempre con la venda en los ojos construyendo una verdad que en oportunidades no es la real y por ende nos lleva por el camino de las tinieblas.

Este trabajo es un llamado a una realidad y nos recuerda que debemos seguir siempre el sendero trazado por aquellos que un día fundaron, basado en respeto, educación y cultura la defensa de principios golpeados y masacrados a través de la historia.

No en vano muchos H.´. han sido encarcelados y algunos perdieron la vida luchado contra las tiranías que esclavizan al hombre.

Ese desafío aún sigue allí y es nuestro deber actuar en consecuencia para dar nuestro granito de arena para construir un mundo mejor.

De P.´. y a la O.´.
Tata  

EL GRADO DE APRENDIZ O EL ENCUENTRO CON UNO MISMO  
      «Tenemos en nuestra sociedad tres clases de hermanos: los novicios o aprendices, los compañeros o profesos, los maestros o adeptos…. A los primeros se les enseñan las virtudes morales o filantrópicas, a los segundos las virtudes heroicas o intelectuales, a los últimos las verdades sobrenaturales o divinas» (El caballero Ramsay, carta dirigida al Marqués de Caumont en 1737).



Según algunos textos de la época, el objetivo de la iniciación consistía en hacer tomar conciencia de lo efímero de la vida y de la misión que el hombre tenía sobre la tierra. Con la permanencia en la cámara de reflexiones se quería simbolizar que el hombre llegaba a la masonería desde una sociedad profana en la que reinaba la envidia, la vanidad, la discordia y otras pasiones que le esclavizaban, por lo que debía librarse de esas deformaciones con la ayuda de la ciencia, la virtud y el trabajo y así alcanzar la libertad, sinónimo de felicidad.
             
 
Recepción del candidato a la iniciación en el siglo XVIII
 
El efecto psicológico que se ejercía sobre el neófito en la cámara de reflexiones era sumamente importante para que la iniciación fuera eficaz, la ceremonia de iniciación debía turbarle. La iniciación tendía transformar radicalmente su ser, de suerte que tras haber sufrido y vencido no fuera el mismo que antes.
Tras esta primera etapa el recipiendiario, con los ojos vendados, era conducido al templo. Además debía llevar desnudos la pierna derecha y el brazo y la parte izquierda del pecho. Esta apariencia física indicaba la necesidad de despojar al hombre de sus preocupaciones y falsas ideas, para revestirlo de un alma nueva y de nuevos sentimientos. Significaba que el hombre no era casi nada sin el auxilio de sus semejantes; y que no eran necesarios los vestidos y el dinero sino, la virtud. Con ella el hombre adquiría verdadera forma humana. Pero además de esa manera de ir vestido cercenaba su arrogancia e instintivamente le hacía volverse hacia sí mismo, acentuaba la posibilidad de percibir sensaciones a través del sentido del tacto.
       
       
Admisión de un profano al modo tradicional, vendado, semivestido y semidesnudo (inicio XIX)
 
El tener inutilizada la vista hasta el final de la ceremonia de iniciación aumentaba la concentración y la capacidad de escucha, obligando a prestar atención principal a las percepciones captadas por otros sentidos, como el gusto y el tacto. El lenguaje oral se convertía en la vía preeminente de transmisión de mensajes y el oído en el sentido básico para la orientación. El Venerable explicaba al neófito invidente que la venda servía «para dirigir la vista hacia la propia conciencia» y que ésta era «la luz interior que nos iluminaba acerca de nuestros deberes».
 En las condiciones físicas descritas el candidato realizaba tres viajes consecutivos alrededor de la logia. En el primero el aire figuraría como elemento simbólico central y en los siguientes lo serían el agua y el fuego sucesivamente.
Durante el primer viaje, bajo la impresión del estrepitoso ruido producido intencionadamente por los hermanos participantes en la iniciación, el neófito tropezaba con numerosos obstáculos colocados a su paso, que, a oscuras como estaba, sólo podía salvar con la ayuda del Experto. A continuación el Venerable, tras preguntar sus impresiones al neófito, le impartía una breve lección magistral como la siguiente: «Este viaje presenta el conjunto de pasiones, guerras, traiciones y desgracias que turban la paz del mundo profano de donde venís; los obstáculos que habéis encontrado en el camino habrán traído a vuestra memoria las infinitas dificultades que se presentan al hombre en el logro de sus mejores propósitos; las luchas interminables que ha de sostener para librarse de los venenosos halagos del vicio; la confusión y el desorden que siembran por la tierra las ambiciones y envidias cuando no se sienten satisfechas en sus deseos. He aquí el estado de la sociedad a la que pertenecéis. ¡Sólo ofrece al hombre virtuoso el espectáculo horrible de las continuas agitaciones del desenfreno, del privilegio y del error! En la Masonería todo cambia. La paz y la armonía reinan en ella y la virtud regula sus acciones» (C. Ruiz, Ritual del Aprendiz…, o. c., pp. 47-48). Esta interpretación se repetía, casi al pie de la letra, en otros rituales localizados (por ejemplo, Orestes, Manual..., o. c., pp. 37-38).
El primer viaje venía a representar el espacio sentido por el hombre en su quehacer diario. El hombre andaba ciego ante los desequilibrios sociales y sólo la virtud podía restablecer el reinado de la armonía y de la paz. Pero para alcanzarlas era necesario lograr primero la armonía individual, por eso se imponía un enfrentamiento consigo mismo para purificarse. Este objetivo, que debía perseguirse durante toda la vida, exigía una inquebrantable fuerza de voluntad. La fotografía de la ética individual encajaba con la imagen del negativo descrita en el tipo de vicios a rechazar: el orgullo y la vanidad, la avaricia, la envidia, la cólera, la gula, la lujuria y la pereza.
El segundo viaje se realizaba con menos ruidos y obstáculos que el anterior. Los únicos sonidos que se podían percibir eran los producidos por algunos rumores sordos o por algunos chasquidos o cimbreos de espadas. El viaje se coronaba haciendo sumergir al recipiendiario las manos en una vasija con agua, a modo de purificación simbólica. En este viaje se resaltaba la importancia de la tenacidad en la práctica del bien y representaba el abandono de las doctrinas erróneas: «Habéis hecho este viaje más rápidamente que el anterior, escasos obstáculos se han opuesto a vuestra marcha y los habéis vencido con gran facilidad: esto os representa las ventajas que obtiene el hombre cuando es constante en sus propósitos. Habéis sido purificado por el agua: procurad que este agua borre cuantas preocupaciones y erróneas doctrinas abriguéis» (C. Ruiz , Ritual del Aprendiz…, o. c., pp. 52).
Después de la purificación por el agua, y antes de comenzar el tercer viaje, se solía someter al candidato a la prueba moral de la sangre y del hierro candente. El objeto de la misma era pulsar su capacidad de entrega y mostrar la aversión de la masonería hacia la violencia. De nuevo se provocaba la turbación del neófito y se le asociaba la percepción física al concepto moral: «Ahora necesitamos extraeros una pequeña cantidad de sangre para que firméis con ella vuestra promesa de fidelidad. ¿Estáis dispuesto a sufrir dicho dolor? ». Tras una breve simulación en la que el Venerable ordenaba a un hermano extraer sangre del candidato, el resto de hermanos pedían clemencia, gracia que era concedida. El Venerable continuaba: «Los aquí reunidos creen que vuestra sangre debe conservarse para mejores fines; vemos que no tenéis inconveniente en prestarla, y esto nos prueba vuestra generosidad. Por otra parte, la Masonería aborrece el derramamiento de sangre y busca por todos los medios desarraigar los errores y fanatismos que ensangrientan la tierra» (C. Ruiz , Ritual del Aprendiz…, o. c., pp. 53). A continuación el Venerable preguntaba al candidato a si estaba dispuesto a ser marcado en su cuerpo con un hierro candente. Ante una nueva petición de gracia por parte de la logia, continuaba: «No necesitareis ninguna señal sobre vuestro cuerpo para que los masones que pueblan la tierra os reconozcan todos como Hermano; vuestras nobles acciones, vuestra lealtad, vuestro amor a la causa de la justicia, les mostrará siempre que los sois» (C. Ruiz , Ritual del Aprendiz…, o. c., pp. 54).
          
       
 Escena de la retirada de la venda y de la visión de la luz mediante licopodio según dibujo de Johann Georg Beck, 1848
 
En el tercer y último viaje, realizado ya sin ruidos ni obstáculos, se conducía al recipiendiario cerca de una llama hasta hacerle sentir el calor del fuego con cierta intensidad, pero sin quemarle: «Caballero, estas llamas que acabáis de atravesar os indican que al masón no le arredran las persecuciones y suplicios que pueda sufrir por la predicación constante de la verdad. En este viaje no habéis encontrado ningún obstáculo; ya que llegáis al fin de vuestra iniciación. Hasta aquí todo ha sido simbólico, ahora empieza la realidad... Ojalá que este fuego material del que habéis sido circundado, encienda para siempre en vuestro corazón el amor hacia vuestros semejantes, y que la caridad presida vuestras obras y palabras; no os olvidéis jamás de una moral tan sublime, moral común a todas las naciones»(C. Ruiz , Ritual del Aprendiz…, o. c., pp. 55).
A continuación, y todavía en ausencia de la vista, se iba a recurrir al sentido del gusto. Para tal efecto se hacía beber al neófito de una copa de agua amarga y de otra de agua dulce. El sentido de este gesto expresaba las amarguras debido al egoísmo, pero reflejaba también la serenidad que procuraba la conciencia satisfecha con el deber cumplido y la dicha que proporcionaba la ayuda de los hermanos.
Seguidamente se procedía a efectuar el juramento de no contar a ningún extraño los detalles del ritual y ciertos signos de reconocimiento, algo que por otro lado era común a otras sociedades iniciáticas. Tras la lectura del juramento hecha por el Venerable, los hermanos participantes en la ceremonia pedían la luz para el neófito. Inmediatamente se procedía a quitarle la venda y se descubría rodeado de hermanos que le apuntaban con sus espadas hacia el pecho desnudo.
A continuación el Experto conducía al neófito al altar de los juramentos para que ratificase sus promesas sobre las tres grandes luces de la masonería: la Biblia, la Escuadra, y el Compás. Luego el Venerable proclamaba oficialmente al neófito aprendiz masón, entregándole un par de guantes blancos y ciñiéndole un mandil, blanco también, símbolos del trabajo y de la pureza de intenciones (C. Ruiz , Ritual del Aprendiz…, o. c., pp. 57). Por último se le comunicaban ciertos signos, palabras y toques correspondientes al grado, que debía guardar en secreto.
   
      

   Ahora bien, el trabajo educativo intramasónico no terminaba en el rito de iniciación, sino que, por el contrario, ésta constituían tan sólo el comienzo del mismo. Los densos contenidos de la enseñanza esotérica debían ser desmenuzados y comentados tras la experiencia iniciática.Para ello se celebraban periódicamente las denominadas tenidas de instrucción o reuniones de estudio de la doctrina masónica. El desarrollo de las sesiones respondía a un esquema prefijado y durante el mismo los participantes tenían ocasión de leer trabajos intelectuales, que eran escuchados y debatidos posteriormente por el resto de la logia.  En las tenidas masónicas, en las que todo estaba reglamentado para impedir abusos en el uso de la palabra y para educar en el diálogo y en el respeto a las opiniones de los demás cuadro aprendiz Alemania mitad XVIII. 

Extractado de: Pedro Álvarez Lázaro S. J. (Universidad pontifica de Comillas), La Masonería Escuela de Formación del Ciudadano. La educación interna de los masones españoles en el último tercio de siglo XIX, Madrid, 1996, pp. 202-223. 
Bibliografía citada:
- A. Cassard, Manual de la Masonería. El tejador de los Ritos Antiguo Escocés, Francés y de Adopción, Barcelona, 1871.
- Orestes, Manual del Past´Master, Madrid, 1871.
- C. Ruiz, Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Ritual del Aprendiz masón precedido por un breve estudio del Grado, Madrid, s/f. 
 Extraído de INTERNET

sábado, 30 de agosto de 2014

El misterio del templo de Dendera

Los antiguos misterios son siempre la eterna búsqueda   de la verdad. En este caso es fundamental su estudio para entender los que nuestros antecesores tuvieron seguramente contactos reveladores .
Tata



El misterio del Templo de Dendera

sábado, 9 de noviembre de 2013

Mensaje del H:. Víctor Polay Risco PERU

“Si somos abogados, médicos, ingenieros, pedagogos o militares, si de veras amamos a la patria, tenemos que ser no sólo capaces dentro de nuestra profesión, conocimientos relacionados con nuestro diario quehacer, sino aún más, ejemplarizar, para así servir de norte, norma a los que habrán de llegar después. Porque si se es abogado para entorpecer la armonía social; médico con el único fin de amasar ingente suma de dinero; ingeniero que nada le importa las miserables covachas en que pernoctan millones de seres humanos; pedagogos que por sólo la paga se dedican a enseñar, incapaces del sacrificio para luchar contra la ignorancia, gratuitamente; militar que por ascender puede hollar las leyes. Razones de los subhombres, son aquestos deseos de los que denigran a la especie humana. Empero, si el abogado es digno como juez, fiscal o defensor, y une a los hombres en vez de hacerlos enemigos a ultranza, estará cumpliendo con las buenas nuevas del Gran Rabí de Galilea: si el médico con hermosa actitud, como la de Alcides Carrión, sabe cumplir con su juramento y acude presuroso no importa en qué humilde choza se halle el paciente, haciendo caso omiso de la paga, para salvar al enfermo, realizará la función que le corresponde a su noble profesión; si el ingeniero actúa en bien de los desheredados de la fortuna, sin entrar en oscuras “combinaciones”, estará llenando la misión que es urgente en estos momentos en que se debate la humanidad, por mejores días en que “el hombre no sea lobo del hombre”; si el pedagogo es émulo de nuestro hermano Sarmiento, el de la lapidaria frase: “Bárbaros, las ideas no se degüellan”, y toman el arte de enseñar no sólo con el fin de que los niños
y jóvenes aprendan a leer, escribir y contar, sino a lo más vital: que sepan cuáles son sus derechos y cuáles sus deberes frente a los demás seres humanos y aun de los seres irracionales, triturando el egoísmo, la vanidad y la envidia, entonces si merecen el calificativo de Maestro, porque la pedagogía es conducir para hacer Hombres, así como lo explicaba nuestro hermano Juan Jacobo Rousseau; y si el militar es como nuestros hermanos Francisco Bolognesi y Miguel Grau, que rindieron sus vidas en aras de nuestra integridad territorial y fueron defensores de nuestras Leyes, entonces merece el pase a la posteridad como verdadero patriota y no como un ente, instrumento de pasiones inferiores. He aquí la forma más fecunda de amar a la patria.”
POLAY RISCO, Víctor. “Nuestro Amor a la patria”, El masón, Año III, No. 20, Lima, Perú, 1973, p. 23.

jueves, 14 de junio de 2012


Mandatario valora aporte de la Masonería a lo largo de la historia de Chile

En el marco de la celebración de los 150 años de la Gran Logia de Chile, el Presidente Sebastián Piñera destacó la "fuerza de sus ideas, su coherencia, su perseverancia".


El Presidente Sebastián Piñera junto a Luis Riveros.El Presidente Sebastián Piñera junto a Luis RiverosImprimirpart
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El Presidente de la República,Sebastián Piñera, participó en la celebración de los 150 años de la Gran Logia de Chile, que se realizó en el Salón de Honor del Congreso Nacional, en Valparaíso.
El Mandatario destacó la labor de la Masonería a lo largo de la historia de Chile, recordando iniciativas que promovieron como "la separación de la Iglesia del Estado, como un sello de nuestra República; promover las leyes civiles, como la Ley de Matrimonio Civil; la Ley de Cementerios Laicos, y muchas otras que aportaron a la República que hoy día cobija a todos nuestros compatriotas".
"Hoy día estamos viendo un renacimiento de la Masonería, que vuelve a tomar su lugar en la sociedad amplia, abierta, pluralista, que es la sociedad que todos juntos estamos construyendo", aseguró el jefe de Estado. 
Piñera expresó que "la fuerza de la Masonería no ha estado nunca en su número, ha estado en la fuerza de sus ideas, su coherencia, su perseverancia, su lealtad en la defensa de esos principios".
Finalmente, el Presidente dijo que "en estos tiempos que vienen, quisiera convocar a todos los que adhieren a los valores de la Masonería, a que sigan siendo fieles a esos principios de libertad, igualdad y fraternidad, y sigan haciendo ese aporte sólido, macizo y fecundo que han hecho a lo largo de su historia".

INTERNET

lunes, 16 de abril de 2012

QUE ES SER TORCALON

QUE ES TORCA
Son gigantescas depresiones de entre 30 y 500 metros de diámetro en terreno calcáreo. El proceso que originó su formación comenzó a partir de la última regresión del Mar de Thetis, antiguo océano cuyo borde más occidental se encontraba en la zona de la serranía de Cuenca. En este lugar se ubican las más importantes: las torcas de Palancares.

La riqueza del suelo y las condiciones climáticas tan favorables, con zonas soleadas y de umbría, han logrado una abundante vegetación de pinos, robles, avellanos, cauces, tejos, etcétera.


LA RIQUEZA DE SER TORCALONES ES REPRESENTAR UNA NUEVA FORMA DE PENSAMIENTO Y VIDA QUE SIEMPRE PUEDE FLORECER NUEVAMENTE SEGÚN SE DESPRENDE DE ESTA BÚSQUEDA
TAF

jueves, 9 de febrero de 2012

LA INTEGRACION LATTINOAMERICANA COMO TAREA MASONICA

Siempre se ha hablado de integración de las regiones como forma de salir de un estancamiento cultural.

Los Masones de todos los tiempos no fueron ajenos y con las herramientas aprendidas en sus talleres salieron al mundo para llevar la integración como elemento especial contra la pobreza.

Hoy intentaremos sin odio contra nadie solamente analizado trazados, y estatutos de la orden recordar, analizar y por qué no actuar para que la integración sea una forma de pelear contra ese flagelo
Taf Tata

La mentira, la ignorancia y la ambición están presente como siempre .Es deber del Mason juntar su voz a todos aquellos que luchan por  elevar r la cultura de los  ciudadanos y con ello afirmar el libre pensamiento y la libertad absoluta de vivir afirmando La Laicidad como elemento supremo .

Honremos aquellos HH.´. que con su acción nos dejaron un camino abierto para continuar esa empresa. Tengamos entonces el deber de propagar ese pensamiento en nuestros talleres y estaremos agregando un eslabón más a nuestra cadena en defensa del progreso.






Sebastián Jans


PRESENTACIÓN.

Hablar de integración en la historia y realidad latinoamericana, no solo es dar cuenta de los esfuerzos que se han realizado en la segunda parte del siglo XX, sino que es necesario remontarse al sueño de los Libertadores, que vislumbraron la posibilidad de una América unida, no solo en una historia común, sino en torno a propósitos comunes y a una voluntad mancomunada de construir el futuro y el porvenir de sus pueblos.

La común lucha emancipadora de Bolívar, San Martín y O’Higgins, fue un intento, en el marco sudamericano, que dejó una referencia de reflexión que debería conducirnos a una búsqueda común. Sin embargo, dadas las diferencias que han animado históricamente a la clase política latinoamericana, movida por intereses circunstanciales, no ha sido posible que el objetivo integracionista se produzca por la sola voluntad política.

La experiencia enseña que, de la misma forma que en la Europa de la post-guerra, solo en la medida que exista integración económica, será posible avanzar en términos de una integración política.

Por cierto, en la historia de las propuestas de integración, ha habido muchos masones, y en la masonería chilena hay nombres que destacan también con brillo propio en la realidad extramural. Entre ellos, resaltan dos figuras: la del Gran Maestro Eugenio Matte Hurtado, en los años 1930, y la de Felipe Herrera, en los años 1960 y 1970, cuyo reconocimiento internacional lo destaca como una de las más notables personalidades de la integración.

Nuestro propósito, en esta oportunidad, es hacer una indagación sobre el aporte y la relevancia que la integración latinoamericana, tiene y ha tenido entre los masones, sobre el supuesto de que, en el plano de la acción intra y extramural, es una tarea masónica, asumida no solo en la reflexión intelectual, sino que también en el plano de la acción concreta.


LOS PRECURSORES EN LA MASONERÍA.


Al estudiar los orígenes del americanismo masónico, el primer antecedente obligado que surge vigoroso, data del año 1898, cuando el peruano Eduardo Lavergne, Gran Maestro de la Gran Logia de Perú, propusiera la realización de un Congreso Masónico Internacional, en Buenos Aires, con la intensión de crear un Rito Latinoamericano.


"Con visión certera, con erudición profunda, pintó el francmasón Lavergne el cuadro que ofrecía la Masonería Universal, sus tendencias y medioambiente, dentro del cual debía desarrollar su acción, su fuerza y debilidad. El estudio meditado de esta pieza y su comprensión adecuada servirán de guía seguro a quien quiera profundizar en la historia del internacionalismo masónico". Con estas palabras recordaría, el chileno Sergio González Parodi, en 1946, el Dictamen emitido por la Gran Logia de Perú, obra de Lavergne, promoviendo la idea de tal encuentro masónico.


Cronológicamente, le sigue la notable figura del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Eugenio Matte Hurtado (1896-1934), adalid del latinoamericanismo, no sólo en los ámbitos masónicos, sino también extramurales. Abogado, tribuno de la prensa, político socialista, senador de la República, su breve e inquieta vida dejó una profunda huella que no siempre ha sido recordada en su adecuada magnitud. Vinculado políticamente a aquellos ideales libertarios de fuerte compromiso social y emancipadores, que fueran comunes a los masones Víctor Raúl Haya de la Torre y César Sandino, iniciados en Yucatán en 1928, debe reconocérsele en el ámbito interamericano masónico, alguna vez, no solo como aquel Gran Maestro que soñó la idea de la integración, sino como aquel que, de la manera más decidida, buscó caminos concretos para hacerla realidad.


Se debe tener presente también, como uno de los precursores en ésta preocupación y voluntad, la figura de Calixto Maldonado (1886-1939), Gran Maestro de la Gran Logia del Valle de México, quien planteara en la década de los 1930, con particular vehemencia la necesidad de crear una Confederación de Grandes Logias de América Latina. Destacado político liberal, estuvo afiliado a la causa maderista, durante la revolución mexicana. De profesión abogado, se tituló con al tesis "La Revolución como Derecho", en 1910. Ejerció como legislador en Yucatán, como juez en Ciudad de México, y en los últimos años de su vida se dedicó a la defensa legal de los obreros.


En la continuidad de aquellos visionarios masones, también debe elevarse al lugar que la historia debe reconocerles, como los grandes ejecutores del sueño integracionista, a los Grandes Maestros Miguel de Dios Serna, de Uruguay, y René García Valenzuela, de Chile, recordados como los padres legítimos de la Confederación Masónica Interamericana.


LOS PRIMEROS ESFUERZOS DE INTEGRACIÓN MASÓNICA


Hasta inicios de los años 1930, la Masonería Chilena, a través de la Gran Logia de Chile, había participado en los Conventos organizados por la Asociación Masónica Internacional, de la cual era uno de sus 33 miembros regulares. Esta Asociación reunía a miembros de las principales Grandes Logias y Grandes Orientes de Europa, con la excepción de los ingleses, y algunos poderes masónicos de América Latina. En ese contexto, participó en los Conventos realizados en Estambul, en 1932, y en Luxemburgo, en 1934, como lo había hecho en la década anterior.


Sin embargo, en la inquietud de Eugenio Matte, miembro del gobierno superior de la Orden, desde hacía algunos años, cuando todavía era Gran Maestro Héctor Boccardo Benvenutto, venía acrecentándose la idea de que la Masonería, en el ámbito latinoamericano, no tenía una expresión orgánica que recogiera los propósitos de fraternidad y de integración, que debían animar los comunes esfuerzos por llevar a los pueblos de la América Latina, los postulados más caros de la Masonería.


Bajo su inspiración, se iniciaron los esfuerzos para lograr la realización de un Congreso Masónico Iberoamericano, en los últimos meses de 1932. Los esfuerzos del Gran Maestro Eugenio Matte, se vieron coronados, al efectuarse, en Enero de 1932, la Conferencia de Jefes de la Masonería Simbólica Sudamericana, como preámbulo a lo que debería ser el Primer Congreso Masónico Ibero-Americano. Las deliberaciones de este evento están contenidas in extenso, en la Revista Masónica de Chile, Nros. 1 y 2 (mayo-abril) de 1932.


A ella asistieron representantes de las Grandes Logias de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela, y de las Grandes Logias Brasileñas de Sao Paulo, Rio de Janeiro, Bahía y Minas Gerais.


En sus conclusiones, acordaron realizar todos los esfuerzos posibles para lograr efectuar en octubre de 1932, el Primer Congreso Masónico Iberoamericano. En sus conclusiones, la Conferencia señalaría:


"1. La Conferencia Sudamericana de Jefes de la Masonería Simbólica afirma la existencia de un espíritu Iberoamericano y reconoce como uno de sus principales deberes, acentuar su expresión en la vida mundial.



2. Se propone, en consecuencia, propiciar intensamente en los países de habla ibera, toda iniciativa que sirva para despertar la conciencia de la raza, y apresurar el florecimiento de la nueva civilización, cuyo cetro le corresponde.


3. El programa de unión y armonía ibero-americana debe cimentarse en el reconocimiento y coordinación de los comunes intereses espirituales y materiales, sin que pensemos separar estos dos aspectos fundamentales que constituyen uno solo en el fondo".


En la clausura del evento, el Gran Maestro Eugenio Matte, presidente de la Conferencia, plantearía, en relación a los propósitos que animaban a los asistentes: "...me asiste la convicción de que ella es la piedra fundamental del credo masónico. Estoy íntimamente convenido de que la condición primera de los masones de verdad, es la fraternidad. Hagamos votos, porque una simbólica cadena, como la que rodea este Templo, rodee el día de mañana a la Humanidad entera, pues, solo así será posible reconstruir la civilización y crear una nueva vida en la paz, la justicia y la igualdad sean las normas que regulen la existencia de todos los seres humanos".


Está claro que los acontecimientos chilenos de 1932, jugarían en contra de los propósitos masónicos del Gran Maestro Eugenio Matte, al ser absorbido por los acontecimientos y los requerimientos de la convulsa situación social chilena, que lo hizo activo protagonista de la escena política nacional. Luego de aquellos acontecimientos, la relegación a Isla de Pascua lo alejaron de su cargo y de sus objetivos en el gobierno superior de la Orden.



LA PRIMERA CONFERENCIA INTERAMERICANA DE LA MASONERÍA SIMBÓLICA.


Frustrados aquellos primeros intentos, dentro de la Masonería chilena, sin embargo, había quedado sembrada la semilla, la que brotó nuevamente en 1940, al efectuarse el Segundo Convento Masónico Nacional, que planteó como tarea implementar los esfuerzos necesarios para retomar el postergado proyecto del Gran Maestro Matte, quien ya decoraba el Oriente Eterno, como producto de su temprana muerte.


Sin embargo, era una idea que también estaba rondando con fuerza en otras partes del continente. Así, al realizarse el Primer Congreso Masónico Uruguayo, en 1941, se planteó la aspiración de realizar un Congreso Masónico Panamericano. Lo propio ocurría, en abril de ese año, al efectuarse el VI Congreso Nacional de la Masonería Mexicana, que acordó proponer a las Grandes Logias Regulares de América efectuar un Congreso Masónico Interamericano.


Sin embargo, sería en el cono sur, donde se darían los pasos más concretos. En Agosto de 1942, una misión masónica chilena, encabezada por el Q\ H \ Enrique Arriagada Saldías, visita Argentina y Uruguay, para estrechar vínculos fraternales, oportunidad en que el tema adquirió primera importancia. Ello sirvió como preámbulo para lo que sería el "Acuerdo de Buenos Aires", suscrito por los tres poderes masónicos en un encuentro celebrado en esa ciudad, en octubre de 1943, permitiendo dar forma a un Proyecto de la Primera Conferencia Interamericana de la Masonería Simbólica.


Distintas dificultades prolongan la implementación del proyecto, que se relacionan con la incapacidad de involucrar a la Masonería norteamericana. Activo participe en los esfuerzos organizativos, el Q\ H\ González Parodi se lamentaba de la absoluta ignorancia de las Grandes Logias de EE.UU respecto de la Francmasonería Latinoamricana, a la que consideraban no independiente, suponiéndola controlada por diversas denominaciones o sociedades ajenas.


En abril de 1946, el Gran Maestro de Uruguay, Miguel de Dios Serna, visita Chile en forma oficial, siendo recibidos con los mayores honores por la Gran Logia de Chile y el Supremo Consejo. Como consecuencia de aquella reunión, se refuerza la misión del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, I\ H\ René García Valenzuela, como Presidente de la Comisión Organizadora de la Primera Conferencia Interamericana, actuando como Secretario, el Gran Secretario de la Gran Logia de Chile, René Court Portales. La gestión de éstos II\ HH\ , así como del gobierno superior de la Masonería Chilena, junto a sus Hermanos argentinos y, especialmente, uruguayos, permite que el sueño masónico interamericano se haga realidad.



Es así como, en Montevideo, el 14 de abril de 1947, en el Día de la Américas, se inicie la Primera Conferencia Interamericana de la Masonería Simbólica, constituyéndose la Confederación Masónica Interamericana, cuya Oficina Permanente quedó radicada en Chile. Participaron la Gran Logia y el Gran Oriente Federal Argentino, la Gran Logia de Bolivia, dos Grandes Orientes y 9 Grandes Logias de Brasil, la Gran Logia de Colombia, la Gran Logia de Chile, la Gran Logia del Ecuador, 15 Grandes Logias Mexicanas, la Gran Logia de Panamá (que agrupaba a la masonería de Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua), la Gran Logia de Paraguay, la Gran Logia de Perú, la Gran Logia de Puerto Rico, la Gran Logia de Venezuela y la Gran Logia de Uruguay. Como observadores se hicieron presentes la Gran Logia de Paraná y del Gran Oriente Español en el Exilio.


Los detalles de esta Primera Conferencia fueron divulgados ampliamente en la Revista Masónica de Chile, Nros. 2 y 3 (abril-mayo) de 1948, incluyendo las conclusiones elaboradas por la Comisión Organizadora, presidida por el I\ H\ René García Valenzuela.


LA CONFEDERACIÓN MASÓNICA INTERAMERICANA.


Desde su fundación, la Confederación ha realizado 18 reuniones plenarias o asambleas, es decir, con la participación de todos sus miembros, partiendo de aquella realizada en Montevideo, en 1947. Son miembros actualmente las Grandes Logias de Argentina y Bolivia, 32 Grandes Logias de Brasil, la Gran Logia de Chile, 8 Grandes Logias de Colombia, las Grandes Logias de Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití y Honduras, 13 Grandes Logias de México, y las Grandes Logias de Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y España.



La presencia española se remonta a la Primera Conferencia, donde participó el Gran Oriente Español en el Exilio, con sede en Ciudad de México, y ha permanecido en el tiempo, pero, su participación oficial, como Gran Logia de España es reciente, como consecuencia de la reorganización de la masonería de ese país, después del fin de la era franquista.



Para su funcionamiento se ha dividido en 6 Zonas, desde la III Conferencia, realizada en 1955. Chile integra la VI Zona, conformada por las Grandes Logias de Argentina, Bolivia, Chile, España, Paraguay, Perú y Uruguay, que realiza reuniones periódicas, siendo la última la celebrada en mayo de 2002, en Santiago.



En la XVII Asamblea de la Confederación, realizada en Santiago, en abril de 1997, Chile pasó a ocupar la presidencia hasta julio de 2000, habiendo sido ejercida inicialmente por el I\ H \ Marino Pizarro, cerrando el periodo el I\ H\ Jorge Carvajal.



Como legado de aquel periodo de presidencia chilena, debe destacarse, entre otros aspectos, la realización del "Primer Encuentro de Jóvenes Líderes Laicos para la Acción", que posibilitó un evento con la presencia de 250 jóvenes, al cabo del cual se firmó la "Carta de Compromiso de Santiago", signada por 17 representantes juveniles de todas las nacionalidades asistentes, cuyos contenidos se inspiran en los principios de unión americanista.



Haciendo un análisis sobre el rol de la C.M.I.. el Gran Maestro Jorge Carvajal, a propósito de la XVIII Asamblea, celebrada en Panamá, señalaba: "Al recorrer y analizar la historia de la C.M.I. podemos comprobar los altibajos que ella ha experimentado. No obstante se ha mantenido en el tiempo como la principal y más importante organización masónica en Latinoamérica y posiblemente del mundo". Más adelante, agregaba: "...debiera tener un rol más activo y los acuerdos un mayor grado de obligatoriedad que la simple voluntad de las Grandes Logias (...). La sociedad de hoy, especialmente nuestros pueblos, requieren de una institución como la nuestra, vigente por sobre los tremendos cambios que experimenta la humanidad".



Es un hecho que la Confederación tiene realidades masónicas distintas, que no corresponden a un mismo nivel de desarrollo y de preocupaciones, tanto en el ámbito iniciático como en la naturaleza de su inserción en el medio social. Ello impacta, desde luego, en la comprensión que debe haber respecto del rol de la C.M.I., lo que se traduce en que el ritmo, las orientaciones y la acción, de este organismo presente tan notables relativizaciones, como se deriva del acento y el acervo del poder masónico que le corresponde presidir durante tres años.



Sin embargo, queda para todos sus miembros la tarea no claramente determinada de cómo puede proyectarse, de manera más sustancial, la labor de la masonería interamericana en relación a las problemáticas de las sociedades en que está presente, y el contenido que pueda aportarse a los propósitos de integración, y, por sobre todo, en la elaboración de un concepto de integración que sea común en el lenguaje y en las ideas que pueda ser transmitido con claridad hacia extramuros.



Si no se define una común idea sobre lo que se entiende como integración, y si esa idea común no se transmite hacia la sociedad interamericana, los alcances y propósitos de la C.M.I., no superarán la condición de instancia de acercamiento fraternal, no por ello no válida, sino que simplemente sin proyección social.



LAS REUNIONES DE LOS SOBERANOS GRANDES COMENDADORES.


Diferente a los propósitos que animaron la gestación de la Confederación Masónica Interamericana y sus permanentes instancias de encuentro, las Reuniones de los Soberanos Comendadores de Supremos Consejos, no tuvo su origen en los propósitos latino-americanistas que animó la formación de aquella.


Los orígenes de estos encuentros periódicos son consecuencia de la Conferencia Internacional de Supremos Consejos. En efecto, en ésta instancia, el Supremo Consejo chileno venía participando desde principios del siglo XX, de modo activo, y en su Conferencia de 1935, realizada en Bruselas (Bélgica), constituyó recomendación de este evento, a todos los Supremos Consejos, en cuanto a promover relaciones fraternales más completas y permanentes, según sus niveles de proximidad y concurrencia geográfica, considerando las dificultades que significaba mantener una relación internacional más fluida, en el marco de las Conferencias Internacionales.



Aquellos propósitos se verían entorpecidos, sin duda, como consecuencia de la acción del fascismo en Europa, de arraigada actitud antimasónica, y, posteriormente, como consecuencia de la guerra mundial.



Sin embargo, los sentires de aproximación que se producen en la humanidad, luego de la guerra, y que permitieron la creación de distintas instancias de internacionalismo, indujeron a replantear aquella propuesta de 1935, y bajo el liderazgo del Supremo Consejo de Cuba, fue convocada la Primera Reunión de Soberanos Grandes Comendadores, que se verificó en La Habana, en febrero de 1948. Concurrieron representaciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile, Estados Unidos, México, Paraguay, Perú y Venezuela.



En la elaboración de esta investigación, no me fue posible encontrar una consecuencia entre este evento con la Primera Conferencia de las Masonería Simbólica, celebrada en 1947, en Montevideo. Sin embargo, considerando el entusiasmo panamericanista del Soberano Gran Comendador Hermógenes del Canto (que ejerció este cargo entre1938 y 1950), sin duda, en los ánimos del Supremo Consejo chileno, por lo menos, influyó notablemente tal motivación, al concurrir a la reunión de La Habana.



Recordemos que, al comentar la Primera Conferencia Interamericana de la Francmasonería Simbólica, el Soberano Gran Comendador Del Canto señaló que "ha sido uno de los hechos más trascendentales ocurridos en nuestra América en los tiempos que vivimos".



Como forma de coordinar, con posterioridad, a los Supremos Consejos concurrentes a aquella I Reunión, se creó una Oficina de Información de los Supremos Consejos Americanos, con sede en Cuba, el cual editó un Boletín, que durante muchos años fue un nexo material entre los diferentes Supremos Consejos.



Sin embargo, al hojear el Boletín de la Oficina de Información, publicado a partir de 1951, no se advierten contenidos de claro sentimiento americanista, aún cuando se constata un permanente estimulo fraternal, aunque más bien de internacionalismo masónico.



La II Reunión se efectúa en México, en 1950, a la que Chile se excusó de asistir, renovando su presencia en la III Reunión, desarrollada en Buenos Aires, en 1953. La primera vez que se efectúa en Chile, es la V Reunión, en 1964, bajo la presidencia del I\ P\ H\ Pedro Castelblanco, y la más reciente, es la que presidiera el I\ P\ H\ Víctor Hugo Vásquez Díaz, en noviembre de 1993, correspondiente a la XII Reunión.



Paralelamente, se han efectuado Reuniones de Soberanos Comendadores del Cono Sur, siendo la primera en Buenos Aires, en 1967, y la segunda en Montevideo, con la participación de los Supremos Consejos de Argentina, Chile, Paraguay y Perú. En la efectuada en 1969, se sumó Bolivia.


De análisis de las Reuniones de Soberanos Grandes Comendadores, efectuadas hasta ahora, una de las evidencias que surge es que, en ninguna de ellas, ha estado presente el tema de la integración. Motivado por confirmar esta carencia, solicité una entrevista al I\ P\ H\ Víctor Hugo Vásquez Díaz, ex Soberano Gran Comendador, y uno de los más experimentados masones escoceses chilenos, en el ámbito de relaciones interpotenciales del escocecismo americano y mundial, que ha participado en innumerables encuentros de Supremos Consejos americanos, además de los encuentros internacionales en México y Lausanne.


De la conversación sostenida con este prestigiado masón, se desprende que esta falencia integracionista, en las Reuniones de Soberanos Grandes Comendadores, obedece a una impronta netamente doctrinaria. Para los Supremos Consejos, la preocupación exclusiva radica en la formación del Maestro Masón, por lo cual, todos los actos y acciones de sus altos dignatarios y altos oficiales, están volcados a esa tarea. Toda temática extramural o pública, si bien puede estar tratada en la docencia de los distintos grados capitulares, como ocurre en ésta oportunidad, en tanto robustece el campo formativo del Maestro Masón, ello no se hace presente en los órganos superiores, como es caso del Grado 33° y sus Grados asesores, cuya dedicación está volcada exclusivamente a la calificación de los integrantes del escocesismo, y al permanente análisis del proceso formativo de todos y cada uno de los integrantes de los grados escoceses.


Los Supremos Consejos y los Soberanos Grandes Comendadores, deben ser fieles expresiones de esa doctrina, de allí que, las reuniones periódicas que se realizan en América y en el mundo, reflejan exclusivamente esa impronta y lo que tiene que ver con la homologación ritual y doctrinaria del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.


Reconociendo, empero, una necesaria proyección masónica al mundo profano, en cuanto a la rectoría ética que debe ejercerse en el espacio público, la Francmasonería deja esa responsabilidad al Gran Maestro de la Masonería Simbólica, en particular, y a las logias simbólicas, en general, instancias que tienen consideradas además la existencia de órganos de acción masónica, que deben hacer efectiva la necesaria y ineludible relación entre lo intra y extramural.


EL SUEÑO DE LA INTEGRACIÓN AMERICANA.


El sueño bolivariano, es una aspiración que ha estado íntimamente ligado a los ideales de muchos hombres, en el ámbito de la América al sur del Río Grande. El ideal de la Patria Grande, que una los esfuerzos, las potencialidades, las características y las motivaciones de los latinoamericanos o los iberoamericanos, ha sido un planteamiento recurrente a través de todas las generaciones, desde el movimiento emancipador que dio a sus países independencia y autodeterminación.


Con distintas visiones ideológicas, con distintos sellos políticos, con distintos énfasis o comprensiones de la realidad, en las diversas coyunturas históricas, una notable legión de americanistas han tratado de esbozar lo que han creído los mejores caminos para llevarla a la realidad.


Latentes tales sueños, por muchos años, hacia inicios del siglo XX, fue recuperando su trascendencia, al comprobar los pueblos latinoamericanos la realidad que imponían las potencias industriales de Europa y Estados Unidos, en el hemisferio sur planetario, incluyendo, desde luego, a la América ibero-parlante.


Movimientos políticos de influencia laica, emancipadores, con evidente presencia masónica, tales como el Aprismo peruano, el socialismo de Chile, el liberalismo colombiano, etc. durante los años 1930, fueron los principales portavoces de las propuestas integracionistas. Con una perspectiva distinta, adquiere importancia el Panamericanismo de los 1940, que, reconociendo la desvinculación histórica, política y económica, de las naciones de las Américas, anterior a la II Guerra Mundial, trató de ser zanjada a partir de una nueva relación entre Estados Unidos y Centro y Sur América. De aquella etapa queda la formación de la Organización de Estados Americanos, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, el Banco Interamericano de Desarrollo y otras instancias, que, desgraciadamente, no llegaron a constituirse en los motores de la integración, porque las áreas de interés político principal de Estados Unidos, llamado a ejercer el liderazgo por su condición de primera potencia continental, ha estado siempre en otras regiones del planeta.


Desde los años 1940 en adelante, ha sido posible construir una abundante experiencia integracionista, con los intentos de la ALALC, el MCCA, el CARICOM, el Pacto Andino, la ALADI, el Tratado de la Cuenca del Plata, el Tratado de Cooperación Amazónico, el MERCOSUR. Todos ellos se han debilitado, producto de las contingencias coyunturales y los intereses transitorios, además de la disparidad de políticas nacionales.


Respecto de la Pacto Andino, que involucró directamente a Chile, debemos recordar que, hacia los 1960, se consideró como prioridad la implementación de políticas que persiguieran acuerdos sub-regionales, considerando la experiencia de la unión europea, que había avanzado de manera importante en términos de un mercado común. La conclusión predominante era que debía plantearse la integración en términos económicos, por lo cual, el Pacto Andino surgió del Acuerdo de mayo de 1969, con la perspectiva de un mercado común entre los países del borde sudamericano del Pacífico. De la misma forma, se produce un pacto sub-regional entre los países centro-americanos.


El más reciente esfuerzo, lo constituye el Mercosur (Mercado Común del Sur), que agrupa a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, fruto del Acuerdo de Asunción (marzo 1991), en la misma perspectiva de orientación económica que los pactos subregionales mencionados anteriormente. Sus vicisitudes son parte de nuestra actual realidad latinoamericana, marcada por el carácter de políticas de gobierno de predominio coyuntural, de distinto signo, e insostenibles en el tiempo.


Queda aún como un desafío solamente discursivo, la propuesta del ALCA, es decir, de una Asociación de Libre Comercio de América, en la perspectiva de abordar políticas de verdadera integración, a partir de nuevas relaciones económicas entre el norte desarrollado de América y el sur que ha quedado a la deriva en el proceso de globalización.

 En el marco de las políticas de integración, como expresión de una voluntad de búsqueda de acuerdos políticos, son destacable instancias tales como el Grupo de Río, y, especialmente, las cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebra anualmente desde 1990, que han permitido profundizar la base democrática que se requiere, como elemento ordenador, para avanzar en el diálogo y en el acercamiento entre las naciones y los pueblos de la región.


LA INTEGRACIÓN COMO CONCEPTO MASÓNICO.


De lo que hemos analizado, en las páginas precedentes, no cabe duda que, en el caso de la Masonería chilena, hay un largo historial de adhesión en la causa integracionista. No en vano, a partir de 1987, se instaura el día de la Integración Americana, por parte de la Gran Logia de Chile, actividad que, desde entonces, año tras año, permite la realización de un Tenida en el Gran Templo, donde se expone una Plancha de Arquitectura sobre el tema.


Ello no es nuevo, incluso en el ámbito de la Masonería Capitular, resulta necesario recordar la prioridad que, masones como el Soberano Gran Comendador Hermógenes del Canto, veían en la idea de integración masónica, como un camino contribuyente a la libertad de los hombres y de los pueblos de América, sobre la base de los valores y principios que la masonería encarna. Tales intensiones también hemos podido verlas en otros poderes masónicos de América, lo cual, también se desprende de lo señalado en las páginas precedentes.


Sin embargo, también es cierto que falta una maduración de esas ideas e intensiones, que se carece de una mayor profundización de los conceptos respecto de lo que se entiende por integración, y cual es el mensaje concreto que se debe llevar a extramuros. Esta falencia se hace evidente, en lo que son las resoluciones de los distintos eventos masónicos, sean simbólicos o escoceses, en el ámbito de las instancias interamericanas.


La Carta de Santiago, por ejemplo, suscrita por la XVII Asamblea de la CMI, señala los objetivos de ella, donde se acogen las principales problemáticas de los Pueblos de América, pero, no hace mención a los objetivos de integración. Por ejemplo, señala expresamente: "Algunos de los objetivos más importantes de esta Confederación procuran incentivar la unidad y colaboración recíproca entre todas las Grandes Logias Confederadas; coordinar la acción de las Grandes Logias en torno a problemas que les sean comunes; contribuir con cuantos esfuerzos se realicen a nivel nacional e internacional, a la defensa de la libertad, de los derechos humanos, de la justicia, de la verdad, del mantenimiento de la paz, de la solidaridad; proteger la ecología, y asegurar la más sincera colaboración entre los pueblos de América y del resto del mundo".


A continuación, agrega: "La acentuación del fenómeno de la pobreza y marginalidad que aflige a importantes sectores de la población de nuestra América es una fuente de conflictos que amenazan la paz social y el imperio de la democracia. La Gran Asamblea de la Confederación estimará indispensable que todos los estamentos de la sociedad emprendan con urgencia acciones orientadas a resolver los problemas de la pobreza, el desempleo y la desintegración social en claros conceptos de equidad, solidaridad y ética. La educación y la salud deben ser componentes esenciales de toda política que tienda a mejorar las condiciones de vida de los más desposeídos; el desarrollo social debe formar parte de toda estrategia de crecimiento económico. Una educación de alta calidad para todos los niños y jóvenes de América, independiente de la capacidad económica de sus padres, constituye un bien público que debe ser cautelado por toda la sociedad, empezando por los Estados y el acceso a la salud, también de buena calidad, para la población más pobre, debe ser de igual modo una responsabilidad que nos comprometa a todos".


Privilegiar el concepto de integración, a través de los organismos que la Masonería tiene en el ámbito continental, en las resoluciones que surgen de sus instancias periódicas de debate, es un paso, entonces, de mucha relevancia. También debe serlo, la definición espacial de su concepción, ya que a través de los años se han usado distintos vocablos: panamericanismo, interamericanismo, latinoamericanismo, iberoamericanismo, como los más habituales, y, a veces, indistintamente.



A MODO DE CONCLUSIÓN: LA TAREA MASÓNICA.


Si estamos contestes en que la integración es un propósito que tiene una implicancia más allá de las siempre necesarias relaciones interpotenciales, y que se imbrica con los orígenes de nuestras repúblicas y con el protagonismo primero de una masonería americana con proyección extra-mural, debemos ser capaces de hacer acciones concretas que hagan evidente lo que en el discurso queda solo como una proclama, y no como una línea de acción.


En correspondencia con una idea de integración más tangible, me atrevo a proponer algunas ideas, dentro de las muchas que pueden surgir en un intercambio de ideas al respecto, y que apuntan a abrir un debate sobre lo que se debería hacer en el marco de la masonería chilena e interamericana.


Sería importante que, en el futuro, en el marco de la CMI, se pudiera publicar un libro, recogiendo análisis y propuestas relativas a la aspiración del integracionismo, conteniendo la reflexión de la intelectualidad masónica interamericana, sobre éste tópico, el cual se difunda por las logias de los distintos poderes masónicos y se entregue a los distintos gobiernos y poderes legislativos, y a las instancias de integración existentes dentro de la institucionalidad americana. Tal publicación debiera acoger un trabajo por cada poder masónico nacional, y debiera ser consecuencia de concursos internos.


Puede constituir una buena propuesta a analizar, también, establecer la acreditación de la CMI como organización no gubernamental ante las instancias de integración y los foros instituidos por los gobiernos para ese efecto, como por ejemplo, OEA, Grupo de Rio, Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, Mercosur, etc.
EXTRAIDO DE INTERNET


Nombramiento en cada país de un Delegado de la CMI para acreditarse en foros relacionados con la integración. En caso de producirse eventos, que contemplen la participación de ONGs, posibilitaría que la CMI tenga una capacidad de información importante, y una participación más activa, respecto de su rol de influencia moral, a favor de la idea de integración.



Por último, sería de mucha utilidad la creación de una Oficina de la CMI, a cargo de la Presidencia, para el intercambio y centralización de la información relativa a las propuestas nacionales sobre el tema de la integración, que pueda ser distribuida entre todos los poderes masónicos miembros, y que favorezca la publicación de estudios que contribuyan a ese propósito.



Como se puede constatar, a partir de lo expuesto, la tarea de la integración es un tema abierto a la voluntad, decisión y creatividad de los masones, que están en condiciones de asumir un rol protagónico en este propósito, en la medida que se entienda que la realidad latinoamericana es nuestra realidad y que los intereses de nuestros pueblos son comunes, como lo son nuestra cultura y nuestra identidad

lunes, 12 de septiembre de 2011

La masoneria del Tercer Mundo

Es muy común ver ríos de tintas hablando de que hace y que hacer  para mejorar nuestro mundo "interior" y gravitar en "el mundo  profano" con nuestro pensamiento y acción en bien de la humanidad. El H.´. Royett expone valientemente su idea de lo que se debe tener en cuenta y nos alerta en esta Masonería como actuar. Lo cierto es que el pensamiento que viene de la noche de los tiempos está germinando en nuestra América y es de esperar que en PAZ y defendiendo la cultura de los pueblos, logremos introducir nuestra verdad de  defender  aquello que solamente se puede llegar con una verdadera democracia inculcando en el Mundo Profano los verdaderos derechos de los pueblos a su absoluta libertad de elección y vigilar a los miemos que detentan el poder a ser verdaderos vigilantes de los sagrados derechos.

Entoces empecemos por cerrar las puertas de nuestros talleres a los que intentan involucrarnos usando nuestras instituciones en mantener una esclavitud basado en los vicios que tanto combatimos.

TAF

TATA

13/09/11 e.v.


 

LA MASONERÍA DEL TERCER MUNDO

Felipe Royett González 33°
Gran Maestro de la Gran Logia Nacional de Colombia
Oriente de Barranquilla
Resulta paradójico que siendo la Masonería una Institución Universal, a sus miembros les resulte complicado observar una conducta homogénea para enfrentar las realidades sociales de cada país, por el desarrollo económico desigual que se ha operado en los llamados  "mundos" en que nos han dividido los economistas.
Ello parecería un contrasentido pues el Masón debería ser lo más parecido a lo que en ocasiones oímos denominar como "ciudadano del mundo".  Una persona cosmopolita, que se siente cómodo tanto en un país del mundo más desarrollado como en cualquiera de los países del tercer mundo.  ¿Será verdad tanta belleza? Todo ello es posible, pero se dificulta ser un Masón cosmopolita cuando se tienen graves problemas en casa.  No se está tranquilo, no se come tranquilo.
¿Será posible vivir con tranquilidad cuando tenemos la certeza de que millones de niños se acuestan con hambre en  los países del tercer mundo?
El tema da para largo.  Resulta que nuestra filosofía Masónica está cimentada en la construcción de ese Templo que llamamos "hombre", para proyectarlo a la sociedad en que vive; en la  formación de su personalidad para guiarlo por medio de un largo aprendizaje a una nueva realidad interior que le permita desenvolverse en su ambiente social con el ejemplo de nuestra ética Masónica, vale decir, que esté en capacidad de comportarse como un hombre de bien y de buenas costumbres, conforme a las exigencias de nuestros cánones litúrgicos.
Una cosa es el trabajo en nuestros Talleres, en donde nos encontramos rodeados de hermanos dispuestos a aprender y enseñar, en un ambiente de confraternidad y desprendimiento como no se conoce en otras organizaciones y otra el trabajo dentro de la comunidad donde el Masón cotidianamente entra en contacto directo con "el mundo" que lo vio nacer, crecer y formarse.  Ese "mundo"  tarde o temprano tendrá que enterarse de la condición de Masón del hermano que en él convive con los demás, y ahí es donde su comportamiento habrá de compararse con el de los demás.  En ese ambiente social encontrará toda suerte de presiones para que tome posiciones en uno u otro sentido, no habrá lugar a indefiniciones en determinados momentos, cuando se le ponga a escoger opciones de tipo económico, político, académico, filosófico o científico.
Yo diría que las cosas se le facilitan al Masón cuando adquiere una aceptable cultura Masónica que lo oriente dentro del mundo profano, entendiéndose por tal, el conocimiento de nuestros más sagrados principios, con plena capacidad para ponerlos en práctica, sea cual fuere el compromiso que adquiere en la vida social.  Y se le complican cuando habla con la verdad, o su verdad, y entra en conflictos con "ciertas verdades" preestablecidas, al tener  que mantener posiciones contrarias a las que pongan en peligro su libertad de expresión.
El título de este trabajo es muy ambicioso, pero vamos a tratar con pocas palabras de desarrollar la idea que tenemos en mente para que el debate lo enriquezca.  El tercer mundo ha sido víctima de la más cruel explotación durante varios siglos y la situación actual de nuestros pueblos tiende a empeorar.  Colombia es un típico ejemplo de cómo sus clases dirigentes han sido inferiores a la misión de llevarlo al nivel de los pueblos civilizados.  Casi nadie duda que los regímenes que han gobernado a Colombia desde la independencia muestran  un balance lamentable.  Un verdadero fracaso.  Al lado de las modernas ciudades capitales de los departamentos más desarrollados, existen cordones de miseria tan espeluznantes, que uno se pregunta cómo este país ha soportado tanto atropello a la dignidad de sus gestos.  No podemos mostrar con orgullo un país como pueden hacerlo los hermanos norteamericanos, ni el de los hermanos ingleses o el de los italianos o franceses.  Esos son país que llaman del primer mundo, que hoy se encuentran históricamente ubicados en sitios de privilegio, cuyos habitantes difícilmente podrán entender nuestras desgracias.
El fracaso de nuestras naciones va íntimamente ligado a la explotación que han sufrido por parte de las grandes  potencias económicas, que nos llevan siglos de adelanto social, tecnológico y científico.  Lo peor es que ni siquiera hemos sabido copiar modelos de desarrollo de afuera, y me atrevo a pensar  que si hubiéramos imitado de las grandes potencias, por ejemplo, así sea en mínima proporción, la obligación de asignar partidas importantes de nuestros presupuestos para la investigación científica, otra hubiera sido nuestra suerte, por lo menos estaríamos mejor ubicados en ese campo tan importante para el desarrollo social.  Si hubiéramos sostenido la tarea adelantada con notable visión futurista por el general Santander, en materia de instrucción pública, Colombia hubiera sido un país modelo en política educativa.  Todos los intentos de separación de la Iglesia y el Estado, promovidos especialmente por la Masonería, fueron mal entendidos por nuestras clases dirigentes, cuyos intereses mezquinos generalmente eran fieramente defendidos desde las altas esferas del poder.
Nuestros pueblos son supermercados gigantes del consumismo creado por los economistas de las grandes potencias.  Nos han hecho olvidar que el desarrollo depende de la forma como se organiza la tenencia de la tierra, con verdaderas reformas agrarias que contribuyan a darle impulso a nuestras incipientes industrias.  Nos han hecho olvidar que el proteccionismo es conveniente cuando se trata de evitar que nuestras industrias participen en el canibalismo competitivo de la economía globalizada.  Los medios de comunicación nos invaden las veinticuatro horas del día con la propaganda nociva de la globalización, de la libre competencia y todas esas teorías que lo único que nos han demostrado es la quiebra generalizada de nuestras empresas con el consiguiente desempleo, que hoy en Colombia supera el índice escandaloso del 20%
Entonces contemplamos con tristeza qué tan distintos y alejados son los intereses de los hermanos Masones de esas potencias económicas de los intereses de los hermanos Masones de estos países  explotados.  Mientras aquellos ya han resuelto el problema de la educación  pública, garantizándola con eficacia hasta la escuela secundaria, por lo menos, acá la hemos privatizado, como cualquier mercancía, sujeta a la ley de la oferta y la demanda, lo que ha dado como resultado el más bajo nivel académico, la proletarización del magisterio y un analfabetismo igual o peor que hace 50 años.
Cuando allá el fenómeno del latifundismo pasó a la historia y se le asocia con los tiempos del feudalismo, en nuestros países hablar de reforma agraria es la ofensa mayor que se le puede hacer a un terrateniente.
Cuando un obrero allá gana lo suficiente para vivir decentemente y distraerse, el salario mínimo en nuestros pueblos es una vergüenza, a tal punto que uno no se imagina cómo puede una persona vivir con su familia con escaso trescientos mil pesos mensuales.  Entonces vemos que vivimos en universos distintos, a pesar de ser Masones allá y acá, hablamos un lenguaje diferente.  Por ejemplo, los Estados unidos, el Masón como buen altruista, práctica la caridad de una manera muy activa, ha organizado sistemas de ayuda admirables porque cuentan con grandes recursos.  En cambio el Masón nuestro está más
bien para que lo ayuden, con formidables tareas aún para emprender, a tal punto que nos parece un sueño que llegue el día en que alcancemos esos niveles de desarrollo.
Son dos mundos diferentes, con intereses tan contrapuestos que para conseguir un trato justo y respetuoso, no hay otro camino que adoptar posiciones dignas y nacionalistas.  Ahora quieren hacernos creer que el nacionalismo está mandado a recoger, que el mundo tiende a la eliminación de las fronteras y que lo que conviene a la humanidad es el reino de la libre competencia.  Es la teoría darwiniana de la selección natural llevada al plano de las relaciones económicas entre las naciones.
Todo conduce a pensar que estamos abocados a depender per secula seculorum de una tecnología que nos lleva muchos años de ventaja, si no actuamos por cuenta propia, lo cual, por supuesto implicará asumir grandes riesgos.  Es aquí donde los Masones debemos examinar cuidadosamente la situación en que se encuentran nuestros países y el papel que nos tocará desempeñar para contribuir con nuestras propuestas en las soluciones que mejor convengan.  Nuestra Institución  no tiene permitido en su seno  la discusión política de orden partidista, pero no prohibe que se examine y se analicen los grandes problemas que tengan que ver con los altos intereses de la patria y de los demás pueblos con intereses afines.  La Masonería colombiana en el país desempeñó un papel muy importante en la formación de nuestra nacionalidad, pero fue un papel de avanzad, siempre en pos de impulsar las ideas más progresistas para el logro de los ideales democráticos.  En los momentos de crisis, allí estuvieron nuestros hermanos interviniendo activamente, aportando con su ideario Masónico todo lo que pudiera hacer progresar a la patria.
Personalmente  pienso que nuestros pueblos  latinoamericanos deben buscar prioritariamente la unidad de propósitos, tanto en lo político como en lo económico, para intentar la búsqueda de una identidad que hoy no se tiene.  A nosotros nos han desunido para que las grandes potencias hagan lo que se les venga en gana con nuestros recursos.  Nosotros no tenemos autonomía  para fijar los precios de nuestros productos básicos, esos precios no los imponen desde afuera.  Entonces si existe una tarea a desarrollar que tenga verdadera importancia en los momentos actuales es la lucha por la integración latinoamericana.  La Masonería tiene herramientas muy eficaces para el intercambio de ideas con nuestros hermanos  latinoamericanos y créanme  que estas ideas que hoy les expongo son motivo de preocupación en muchas otras grandes logias de nuestro hemisferio.  La Masonería latinoamericana todavía puede rescatar la práctica del humanismo para contraponerlo al frío pragmatismo que nos quieren imponer los textos de mercadotecnia.
15/03/2006 12:42 Unicornio #. Masoneria y Politica