Rudyard Kipling - Escritor, famoso y masón
Joseph Rudyard Kipling nació en Bombay el 30 de diciembre de 1865 y falleció en Londres el 18 de enero de 1936.
Fué un escritor prolífico de
novelas y poesía y aunque nació en India, colonia inglesa en aquellas
épocas, era de origen británico
Sus obras más conocidas son los libros de la serie The Jungle Book (El libro de la selva, 1894), la novela de espionaje Kim (1901), el relato corto The Man Who Would Be King (El hombre que pudo ser rey, 1888),, o los poemas Gunga Din e If— (traducido al castellano como Si).
Fue iniciado en la masonería a los veinte años, en la logia «Esperanza y Perseverancia Nº 782» de Lahore, Punjab, India.
En su época fue respetado como poeta y se le ofreció el premio nacional de poesía Poet Laureateship en 1895, la Orden al Mérito y el título de Sir de la Order of the British Empire por tres ocasiones, honores que rechazó. Sin embargo aceptó el Premio Nobel de Literatura
de 1907 siendo el ganador del premio Nobel de Literatura más joven
hasta la fecha, y el primer escritor británico en recibir este
galardón.
Su vida más en detalle
Rudyard Kipling nace, como ya
comentamos en la introducción, el 30 de diciembre de 1865 en la ciudad
de Bombay, India, su madre fue Alice Kipling y su padre John Lockwood
Kipling. Su madre era una mujer vivaz y Lockwood, su padre, era un
oficial del ejército británico además de experto escultor y alfarero.
A la edad de 6 años su padre lo
envió a él y a su hermana menor al hogar social conocido como Lorne
Lodge en Inglaterra, para que se educaran allí durante los siguientes 6
años.En la primavera de 1877, Alicia Kipling, la madre, volvió de la
India y retiró a los niños de Lorne Lodge.
En 1878, ingresa al United
Service College, una escuela de Devonshire, creada especialmente con la
finalidad de educar a los hijos de aquellos oficiales británico con
pocos medios materiales. Durante su tiempo allí, Kipling también conoció
a Florencia Garrard, de la cual se enamoró; y en ella se inspiró para
el personaje de Maisie en su primera novela, La luz que se apaga (1891)
Escritos masónicos de Kipling |
En esta cabaña («la cabaña de la
dicha» como la llamada Kipling), nació Josephine, la primera hija de la
pareja, el 29 de diciembre de 1892 —el cumpleaños de su madre era el
31, y el de Kipling el 30 del mismo mes—. Fue también en esta casita
donde El libro de la selva vio la luz.
En febrero de 1896, nace la
segunda hija de la pareja, Elsie. En este tiempo, la relación
matrimonial era más alegre y espontánea. Kipling siempre dijo que
aquellos años fueron de los más félices de su vida.
En ese mismo año se inició una
batalla legal con Beatty Balestier (hermano de Carrie), por la parcela
que tenía Kipling y que había omprado a Beatty. Sin embargo este dice
que hubo irregularidades en la compra y la disputa termina en los
tribunales, que le dan la razón a Kipling. En mayo de 1896, Beatty,
embriagado, amenazó físicamente a Kipling en la calle. El incidente
condujo a la detención de Beatty, pero la privacidad de Kipling ya había
sido destruida por completo, por lo que decidió marcharse de aquel
lugar. En julio de 1896 embaló apresuradamente sus pertenencias y
abandonó Estados Unidos rumbo a su Inglaterra natal..
Kipling se estableció en la ciudad de
Torquay en la costa de Devon. En esta etapa de su vida ya era un hombre
famoso, y en los dos o tres años anteriores había estado haciendo cada
vez más declaraciones políticas en sus escritos. Al año siguiente, la
familia se trasladó a Rottingdean, Sussex, donde nació su primer hijo
varón, John Kipling.
Durante toda su vida, Rudyard
Kipling había rechazado todas las condecoraciones que merecidamente
había ganado Pero en 1907 aceptó, gustosamente, la máxima recompensa que
se le puede entregar a un escritor: el Premio Nobel de Literatura, pese
al repudio de algunos liberales ingleses, que tenían puestas sus
esperanzas en que el premio recayera en escritores como Thomas Hardy,
George Meredith, o Algernon Swinburne. Pese a las discrepancias
inglesas, la Academia Sueca nunca dudó que el premio de ese año quedaba
en las mejores manos, como queda de manifiesto en el discurso
pronunciado por el secretario general de dicha academia:
La Academia Sueca, al otorgar el Premio Nobel de Literatura este año a Rudyard Kipling, desea rendir homenaje a la literatura de Inglaterra, tan rica en glorias poéticas, y al mayor genio en el reino de la narrativa que ese país ha producido en nuestros tiempos.
En
los últimos años de su vida, Rudyard y Carrie siguen con su afición de
pareja recién casada: los viajes, pues, nuevamente estaban solos, ya que
su única hija viva, Su otra hija y su único hijo ya ghaabía fallecido,
ella en un viaje que padre e hija hicieran a EEUU donde ella murió de
pulmonía y él en la Guerra mundial, a los 18 años de edad, luchando en
el frente. Los viajes sirvieron a ambos para olvidarse un poco de sus
afecciones de salud.
Finalmente, a consecuencia a una
hemorragia interna, Joseph Rudyard Kipling muere, el 18 de enero de
1936, dejando un enorme legado de cinco novelas, más de 250 historias
cortas y 800 páginas de versos
Y, como no podía ser menos, no
podemos dejar esta entrada sin escribir aquí uno de sus poemas más
famosos y representativos para la masonería. ( Mi Logia) que representa a
la perfección los ideales de igual y fraternidad masónicos, helo aquí:
Mi Logia madre
"Allí estaban Rudle, el jefe de estación,
Peazley, de la Sección de vías y Trabajos,
Ackman, de Intendencia,
Donkin, funcionario de la Prisión
y Blake, el Sargento Instructor que fue dos veces nuestro Venerable;
y también estaba el viejo Franjee Eduljee, dueño del almacén “Artículos Europeos”.
afuera nos decíamos “Sargento “o “Señor” ; "Salud” o “Shalom”;
adentro, en cambio, ”Hermano” y así estaba bien.
Nos encontrábamos en el Nivel y nos despedíamos en la Escuadra.
Yo era el segundo Diácono.
Estaban, también, Bola Nath,
Saúl el contador,
el judío de Aden,
Din Mohamed de la oficina del Catastro,
el señor Chuckerbutty
Amir Sing el Sikh
y Castro, del taller de reparaciones, que por cierto era católico romano.
Nuestros ornamentos no eran ricos
y nuestro Templo era viejo y desguarnecido,
pero conocíamos los Landmarks y los observábamos escrupulosamente....
A veces, cuando miro atrás, me viene a la cabeza este pensamiento:
“En el fondo no había incrédulos, al margen, quizas, de nosotros mismos.”
Y así cada mes, después de la Tenida, nos reuníamos para fumar.
No nos atrevíamos a hacer banquetes
por miedo a forzar alguna norma de cualquier hermano
y hablábamos a fondo de Religión y de otras cosas;
cada uno se refería al Dios que conocía mejor,
y los hermanos tomaban la palabra uno tras otro y nadie se inquietaba.
Nos separábamos con el alba,
cuando se despertaban las cacatúas
y los malditos mosquitos portadores de fiebre.
Entonces, volvíamos a caballo
Y, después de tantas palabras,
Dios, Mahoma y Shiva jugaban al escondite dentro de nuestras cabezas.
Muy a menudo, desde entonces, mis pasos errantes al servicio del Gobierno
han llevado mi saludo fraternal, desde Oriente a Occidente.
¡Cómo los recordaba! ¡Y cuantas veces he deseado volver a verlos a todos!
A todos los de Logia Madre.
¡Como querría volver a verlos!
A mis hermanos negros o morenos
y sentir el aroma de los cigarrillos indígenas
mientras deambulaba por allí el que encendía la luz
y el viejo de la limonada removía objetos por la cocina.
Y volverme a sentir un Masón perfecto una vez más,
en esta, mi Logia de hoy".
Rudjard Kipling M.·.M.·.
"Allí estaban Rudle, el jefe de estación,
Peazley, de la Sección de vías y Trabajos,
Ackman, de Intendencia,
Donkin, funcionario de la Prisión
y Blake, el Sargento Instructor que fue dos veces nuestro Venerable;
y también estaba el viejo Franjee Eduljee, dueño del almacén “Artículos Europeos”.
afuera nos decíamos “Sargento “o “Señor” ; "Salud” o “Shalom”;
adentro, en cambio, ”Hermano” y así estaba bien.
Nos encontrábamos en el Nivel y nos despedíamos en la Escuadra.
Yo era el segundo Diácono.
Estaban, también, Bola Nath,
Saúl el contador,
el judío de Aden,
Din Mohamed de la oficina del Catastro,
el señor Chuckerbutty
Amir Sing el Sikh
y Castro, del taller de reparaciones, que por cierto era católico romano.
Nuestros ornamentos no eran ricos
y nuestro Templo era viejo y desguarnecido,
pero conocíamos los Landmarks y los observábamos escrupulosamente....
A veces, cuando miro atrás, me viene a la cabeza este pensamiento:
“En el fondo no había incrédulos, al margen, quizas, de nosotros mismos.”
Y así cada mes, después de la Tenida, nos reuníamos para fumar.
No nos atrevíamos a hacer banquetes
por miedo a forzar alguna norma de cualquier hermano
y hablábamos a fondo de Religión y de otras cosas;
cada uno se refería al Dios que conocía mejor,
y los hermanos tomaban la palabra uno tras otro y nadie se inquietaba.
Nos separábamos con el alba,
cuando se despertaban las cacatúas
y los malditos mosquitos portadores de fiebre.
Entonces, volvíamos a caballo
Y, después de tantas palabras,
Dios, Mahoma y Shiva jugaban al escondite dentro de nuestras cabezas.
Muy a menudo, desde entonces, mis pasos errantes al servicio del Gobierno
han llevado mi saludo fraternal, desde Oriente a Occidente.
¡Cómo los recordaba! ¡Y cuantas veces he deseado volver a verlos a todos!
A todos los de Logia Madre.
¡Como querría volver a verlos!
A mis hermanos negros o morenos
y sentir el aroma de los cigarrillos indígenas
mientras deambulaba por allí el que encendía la luz
y el viejo de la limonada removía objetos por la cocina.
Y volverme a sentir un Masón perfecto una vez más,
en esta, mi Logia de hoy".
Rudjard Kipling M.·.M.·.