lunes, 29 de noviembre de 2010

Sello de paz de Bolívar y Morillo debe mantenerse encendido

Posted: 27 Nov 2010 09:31 PM PST
escrito por Diana Paredes/DLA Trujillo

Para un grupo de santaneros que desde el año pasado decidieron constituirse bajo el nombre de la Base de Paz "José Guarimán", los 184 años del Abrazo de Bolívar y Morillo, no es suficiente celebrarlos con una ofrenda floral, un orador de orden y actos protocolares, va más allá de un día o una semana de celebración; forma parte de la historia que lleva Santa Ana, Trujillo, la cual debe mantenerse como una llama siempre encendida y viva

Hoy se cumplen 184 años de la firma del Armisticio y Regularización de la Guerra, la cual se celebró en la hermosa población de Santa Ana del municipio Pampán, es así como hoy sábado se realizará una gran ceremonia a propósito de esta fecha, por parte del gobierno regional y el Consejo Legislativo, además, es de destacar la programación desarrollada durante esta semana a través de la I Feria Agrocultural.

Es así como un grupo integrado por Emiro Materano, el legislador William Martorelli, entre otros integrantes acompañados por el legislador Luis Calderón y estudiantes del Liceo de Santa Ana 27 de Noviembre, estuvieron ayer en la pintoresca población, que con su característico frío y neblina, los recibió para que recordaran esta fecha tan importante que no sólo debe ser rememorada cada año, sino por el contrario, todos debemos entender que Santa Ana tiene que ser declarada La Cuna de la Paz.

Un ejemplo a seguir

En nombre de la Base de Paz José Guarimán, manifestaron que debe servir de ejemplo lo ocurrido hace 184 años cuando Simón Bolívar y Pablo Morillo acordaron reunirse en el pueblito de Santa Ana de Trujillo, donde por primera vez se ven las caras ambos generales, siendo la manera como se saludaron una señal inequívoca de hermandad, que los obligaba a honrar la confraternidad, porque en ese momento ambos descubrieron que a pesar de estar en bandos opuestos, no sólo tenían en común su indiscutible liderazgo para conducirse en la guerra, sino que además eran hermanos masones, es decir, el ser humano está por encima de las pasiones... Y para sorpresa de todos los presentes, de inmediato vino un fuerte abrazo, ambos en lugar de dos gladiadores que una vez tiñeron de sangre los campos de batalla, eran dos hermanos de sangre, que se reconciliaban luego de batallar en bandos opuestos. Todo esto ocurrió en Santa Ana, esa misma que hoy celebra, pero que esa celebración debe ser más profunda y perpetúa; aseguraron.

Lección para la historia

Bolívar y Morillo dieron una lección para la historia al deponer las pasiones, para honrar al ser y la hermandad que debe existir entre todos los hombres y mujeres de buena voluntad... porque cuando se tienen ideales y un corazón noble, no importan las diferencias por muy insalvables que parezcan; porque cuando se actúa de buena fe, se tienen convicciones, y se cree en los principios. El hombre se crece ante las adversidades y le da un sentido a su existencia.

FuenteDIARIO DE LOS ANDES

sábado, 13 de noviembre de 2010

SER MASÓN EN NUESTROS DÍAS

SER MASÓN EN NUESTROS DÍAS
Por: JASSUM VERNOCT

Gran Logia de Chile

Y nos llenamos la boca hablando de Moralidad, Tolerancia, Fraternidad. Y hacemos juramentos de dar la vida por los HH.·. de respetar normas y normas,de vivir “MASONICAMENTE” 24 horas del día, como la regla de 24 pulgadas,devoramos libros, escritos, trabajos, vamos a ascender en esta supuesta  carrera masónica. ¿Pero estamos listos? O solo es un poco de alimento para calmar la voraz glotonería de nuestro ego.

¿Qué mueve a un hombre, al cuál suponemos libre y de buenas costumbres,a dar el paso de unirse a la Masonería? ¿Qué le mueve a buscarnos?
He ahí la clave de lo que luego será la percepción que la sociedad tenga de la Masonería...

Pero vayamos por orden. Para ello es necesario comenzar por definir a la Masonería ¡Que no es un Club social! ¡Ni la correa de transmisión de ideas políticas, sean cuales estas fueren ¡Ni una asociación de ayudas mutuas! ¡Ni un sustitutivo de la religión! ¡Y, en ningún caso, un hobby!. Algunos piensan que es la posibilidad de ascender, o en la condición social, económica, política, o una manera excéntrica de ser diferente, de sonar interesante, misterioso, a las amistades. YO SOY MASÓN!....

¡La Masonería, QQ.·. HH.·., es una Orden Iniciática, Esotérica, Elitista y Caballeresca!. Velada de alegorías e ilustrada de símbolos.

Como Orden Iniciática reúne una serie de características, tanto por lo que se refiere a su organización, como por lo que respecta a la admisión de nuevos masones, al acceso de estos a la formación y a la graduación y sistema de comunicación por el que los masones llegan a adquirir, única y exclusivamente a través de su trabajo personal, los conocimientos que la Masonería pone a disposición de los que dan realmente el paso que separa al profano del auténtico iniciado. Como Orden Iniciática supone no un horario de uso de las
horas libres, que quedaría supuestamente de la vida profana. Desde el momento en que el profano ha pasado entre columnas la Masonería debe ser su forma de vida, amanecemos Masones y anochecemos Masones, vivimos Masones y moriremos Masones.

Como Orden Esotérica la Masonería ha conservado y pone a disposición de los Masones que realmente lo son, los fundamentos de la Tradición Primordial que nos llega desde los antiguos Misterios. Y como tal se pierde en el tiempo. Como Orden Elitista la Masonería pretende recibir en su seno y formar como masones a aquellos que procuran vivir de acuerdo con valores espirituales, éticos y morales que les convierten en auténticas elites sobre las que descansa el futuro de la humanidad, en un mundo en el que lo que prima son los valores terrenales, fundamentados sobre el materialismo, el poder, la política, el dogmatismo y el sexo. Debemos trabajar, cada uno en pulir su piedra, en la búsqueda de ser la elite del pensamiento, ser cada uno el referente moral que trascienda y refleje estas virtudes: Primero a la familia, segundo al Taller,tercero a la Fraternidad y por último, puede pasar las fronteras de nuestros  Templos y trascender a la sociedad.

Elites, no lo olvidemos, son todos aquellos que en un mundo donde reina la materia, la envidia, el interés personal y el rencor, dedican al menos una parte de sus vidas a formarse, a evolucionar espiritual, ética y moralmente, y lo hacen desprovistos de ambiciones bastardas. Elites son todos aquellos que dedican una parte de sí mismos a los demás, sin esperar otra recompensa que la satisfacción de su propia evolución y la de haber obrado bien; sabiendo, y actuando en consecuencia, que obrar bien no es solo no hacer directamente el mal, sino no permitir, por acción u omisión, que alrededor de uno mismo se obre mal, o lo que es lo mismo, no admitir que impunemente se obre contra las leyes, contra la moral, contra los derechos de los demás, contra el orden legítimamente establecido, contra los principios que defendemos.

Quiero puntualizar que para la Masonería el concepto elitismo no guarda relación alguna con la estirpe familiar ni con nada ligado al mundo de lo físico.

Como Orden Caballeresca la Masonería entiende y trabaja, a través de la acción individual de los auténticos masones, por la consecución de un mundo finalmente liberado de poderes fácticos, definitivamente de espaldas a cuantos pretenden imponer dogmas y creencias, libre de todo tipo de demagogos, dictadores y dictaduras. Un mundo en el que el servicio a la causa de humanidad sea la guía que oriente la vida de los hombres. Ideal y fin de la Masonería por el que trabajan los auténticos masones sin esperar ni recibir
más recompensa que la satisfacción del deber cumplido, al entender que cada uno de nosotros no es sino un simple eslabón en la evolución de la humanidad.

Un eslabón de la larga cadena que nos une con aquellos iniciados que hace muchos siglos comenzaron el largo camino, y con los que en un lejano futuro alcanzarán la meta.

¿Qué mueve a un hombre, suponemos que libre y de buenas costumbres, a dar el paso de unirse a la Masonería? ¿Qué le mueve a buscarnos?

Los enemigos de la Masonería, temerosos de que la verdad acabe con el poder que obtienen y mantienen a través de la explotación de la ignorancia y la superstición, por mediación de campañas de desinformación sobre el ser, fines y principios de la Masonería, unidas a las de calumnias, difamación e injurias sobre la Masonería y los propios masones, difundidas y mantenidas durante siglos a través de los poderosos medios que controlan, han hecho que nuestra Orden aparezca ante el mundo como una estructura oculta que mueve los hilos de la historia, y el poder por medios según cuentan nuestros detractores, apegados al ocultismo, al satanismo, a la corrupción y al mal.

Falacias con las que desde hace siglos se bombardea a diario a las almas cándidas, han acercado a la Masonería a todo tipo de aventureros que llegan buscando ese poder material que achacan a nuestra Orden quienes realmente lo ostentan. Está claro que a cuantos se hacen iniciar así motivados, no les mueve la Masonería ni sus ideales, sino las propias ambiciones personales y profanas. Son los que pretenden convertir a la Masonería en el soporte de sus carreras políticas, de sus negocios, de sus ambiciones materialistas. Son,
también, los que dan autoridad a las campañas de desinformación, a las calumnias, a la difamación a la que está permanentemente sometida la Masonería y, con ella, los masones.

Pero no siempre son malvados amorales los que dañan a la Masonería, los que retrasan el avance ético, espiritual y moral de los masones. Llegan con frecuencia a nuestras puertas, y desgraciadamente las franquean, y no solo esto, sino que con medios poco éticos introducen politiquería en nuestros TTem.·. y obtienen grados y posiciones que deben ser dedicadas únicamente a verdaderos Iniciados, a personas templadas en el fuego del conocimiento y la Sabiduría. Profanos con una idea equivocada de la Masonería; son los que la creen una ONG, un sustituto de la religión, una simple vía para practicar la caridad, un sitio donde hacer amigos, un divertimento, una excusa para salir de casa, la alternativa al sillón del psiquiatra, etcétera, transformándose con ello en uno de los más graves canceres que padecemos.

Ser masón en nuestros días es asumir que tras la iniciación masónica se abre una vía al conocimiento, un camino hacia la luz que en la ceremonia de la Iniciación pedimos para el iniciando los que pocos minutos después seremos sus HH.·.. Una vía, un camino, que no es fácil de recorrer. Cuando al final de dicha ceremonia nos ordenan que cincel y mazo en mano golpeemos por tres veces en la piedra bruta situada a los pies de la columna B, nos están indicando el que a partir de ese día habrá de ser el trabajo al que dediquemos
en adelante nuestras vidas ¡Trabajar en nosotros mismos hasta suprimir cada imperfección! La meta del masón es convertir la piedra bruta que es él mismo al llegar desde el mundo profano, en la obra maestra perfectamente escuadrada y pulida que, de lograrlo, se insertará en el Templo que la Masonería pretende construir para la Humanidad. Este Templo es nuestro cuerpo QQ.·.HH.·., es nuestra alma, es nuestro espíritu. Es el camino a Dios.

Ser masón en nuestros días es no pretender modernizar la Masonería, ni adaptarla a nuestras propias ideas; por enaltecer nuestro ego, y decir “YO LO HICE”, yo cambié un principio milenario, por el contrario, el autentico masón es Grande en la humildad y se conforma a las leyes de la Orden, a sus tradiciones, a sus usos y costumbres.

Ser masón en nuestros días es no ambicionar grados, ni títulos, ni oficios, ni honores. El masón que lo es realmente cumple con su trabajo y si sus HH.·. consideran que debe ser admitido en una Cámara en la que sus obligaciones serán otras, asume con humildad las nuevas responsabilidades que adquirirá en el desarrollo de la Obra.

Ser masón en nuestros días significa que si a un masón, que lo sea de verdad, sus HH.·. le eligen para desempeñar algún oficio determinado, antes de aceptarlo medita muy bien si está formado para desempeñarlo en beneficio del Taller y de la Orden; si se considera preparado y dispuesto, se conforma a la voluntad de sus HH.·.; y si no lo está o no dispone de tiempo para cumplir con las obligaciones que el oficio exige, renuncia, pues cualquier función que se realiza en Logia, cualquier oficio que se desempeña, forma parte de la Obra
que entre todos realizamos, y los operarios que no cumplen con su misión no solo perjudican gravemente la ejecución de los trabajos, ya que obligan a otros HH.·. a ejecutar todas las labores que ellos irresponsablemente abandonan. Ycuando en nombre de una mal entendida fraternidad se disculpa o se apoya en alguna medida al que no cumple, al que no se acomoda a las normas, se mina la estabilidad de la Logia y se da el peor de los ejemplos a los HH.·. más jóvenes.

Ser masón en nuestros días es serlo las veinticuatro horas del día durante los trescientos sesenta y cinco días del año, trescientos sesenta y seis en los bisiestos.

Ser Masón en nuestros días es, si somos Maestros enseñar con responsabilidad y generosidad y si somos discípulos aprender con humildad, observando siempre el principio de escuchar, obedecer y callar.

Ser masón en nuestros días es llevar a nuestra vida privada los principios y verdades que la Masonería vela tras rituales, símbolos y alegorías... Claro que para poder hacer propios tales principios y verdades, llevándolos a nuestras vidas, antes es necesario levantar el velo, es decir, conocerlos, y, para llegar a
conocerlos es fundamental el trabajo masónico, en Logia y fuera de ella.
Estudiar, estudiar, estudiar!

Ser masón en nuestros días es considerar más allá de una obligación para con la Masonería, motivo de alegría y felicidad la asistencia a las Tenidas, a las cámaras y a todas las instancias que representen la unión de las familias de su Logia. El autentico masón falta sólo por causas realmente importantes.

Ser masón en nuestros días es no perder ocasión de reunirse con los HH.·., es decir, con los masones, a los que realmente se ama, considera y trata como a tales, y por los cuáles realmente daría la vida.

El verdadero Masón, Luz del Taller no duda cuando hay que cerrar las puertas del Templo a los que trasladan sus ambiciones, soberbia y vicios al ámbito de la Logia, contaminándola así con el mundo profano. Luego de exponer ideas que han salido del fondo de mi alma, al leer trabajos de HH.·. mayores sobre lo
que debería ser: “El ser Masón en nuestros días”, pediría que en la discusión, cada uno de mis HH.·. haga un “Mea culpa”, sobre lo que espera de la Masonería, lo que espera de sus HH.·., y si después de esta reflexión Q.·. H.·., te das cuenta que la Masonería no ha entrado en ti, las puertas están abiertas, sal con el mismo honor con el que pensamos que entraste. No nos hagas daño, que el daño te lo estás haciendo a ti mismo.

Pero si estas dispuesto a entregar tu vida por esta causa, y hacer de la Orden una forma de vida. Nuestra vida, la de tus HH.·. es tuya Q.·. H.·."
3 de abril de 2006 e.·. v.·.
JASSUM VERNOCT